La gran incógnita de la administración del alcalde de Santiago, Abel Martínez, sigue siendo la transparencia, «el secreto» del manejo de los recursos económicos, la falta de rendición de cuentas y el silencio en torno a los ingresos municipales.
Hasta ahora la rendición de cuentas ha estado ausente y no es verdad que puede existir una administración municipal moderna sin ser enteramente transparente en lo que tiene que ver con el manejo de los recursos económicos.
Hoy día no se puede hablar de orden y modernidad si no se exhiben cuentas claras y aunque existe una Ley de Libre Acceso a la Información Pública, la administración del alcalde Martínez ha sido renuente a ofrecer informaciones sobre los asuntos económicos.
Hace unos días el Ministerio de Administración Pública dio a conocer los diez ayuntamientos que han logrado mayores avances en las áreas de gestión interna y procedimental y ni por asumo aparece el cabildo de Santiago.
El caso más interesante es el del alcalde del Distrito Nacional, David Collado, quien tiene la asesoría de organismos internacionales y locales, como el PNUD y la FINJUS, para el manejo transparente de los recursos del Ayuntamiento, lo que ha sido valorado como altamente positivo.
De acuerdo al MAP, las alcaldías de Villa Tapia, Moca, Baní, Bánica, Santo Domingo Este, Salcedo, la Vega, Sabana de la Mar, Villa Jaragua y Jaguate, son los de mayores avances según el Sistema de Monitoreo de la Administración Pública Municipal (SISMAP).
La administración del alcalde Abel Martínez «se vende» como moderna pero transcurre de espalda a aspectos esenciales de la modernidad como son la transparencia, la rendición de cuentas y sin dar la más mínima explicación ni siquiera de los ingresos que recibe anualmente.
La interrogante, por ejemplo, que más inquietó recientemente a los medios de comunicación es «el secreto» de la rehabilitación de la entrada a la ciudad de Santiago en la autopista Duarte. ¿Cuántos millones de pesos realmente se invirtieron ahí?.
Sin embargo, el caso que más se debatió y escandalizó a la opinión pública es el del patrocinio en dólares de un concurso de belleza que se llevó a cabo recientemente en Santiago, lo que originó una dura reacción hasta del diputado del PLD Víctor Suárez.
Al final, ninguna explicación de la Alcaldía. Es decir, ha habido una renuencia permanente a informarle a la población de manera transparente los gastos reales y los ingresos de la administración de Abel Martínez.
Si de verdad la administración municipal de Santiago se exhibe como moderna, lo primero debería ser la rendición de cuentas.