El pasado jueves 18 de lo corriente asistimos a la sala Flérida de Nolasco de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, invitado por la Fundación Juan Bosch, al panel sobre el análisis de la obra “Crisis de la Democracia de América en la República Dominicana”, de la autoría del escritor, político, ensayista, cuentista, novelista y ex Presidente de la República, el profesor Juan Bosch Gaviño, con motivo del 61 aniversario de su puesta en circulación. Dicha obra fue escrita a raiz del golpe de Estado contra el gobierno constitucional y democrático que él presidió, con apenas siete meses en ejercicio, el 25 de septiembre de 1963.
Dicha actividad fue patrocinada por la Fundación Juan Bosch, la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, el Archivo Nacional de la Nación, la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), la Comisión Permanente de Efemérides Patrias (CPEP) y la Cátedra Extracurricular Profesor Juan Bosch.
En la misma participaron el filósofo, investigador e historiador, Eliades Acosta, quien fue su moderador; el Dr. Rafael Julián, Abogado y Antropólogo; Santiago Castro Ventura, historiador y Profesor de la UASD; Pablo Marínez, sociólogo y profesor de la Universidad Nacional de México y Juan Pablo Uribe, presidente de la CPEP.
En dicho panel se analizaron los principales hechos y acontecimientos políticos y sociales recogidos en dicha obra, ocurridos antes de las elecciones generales, durante y posterior a su breve mandato, como lo fue el intenso debate televisado, sin precedente en la historia dominicana, librado con el sacerdote jesuita Láutico García, 72 horas antes de las elecciones generales del 20 de diciembre de 1962, el cual acusaba y hostigaba de manera insistente a Juan Bosch de comunista y enemigo de la iglesia católica.
Bosch, con sus amplios conocimientos políticos y religiosos, logró desmontar esas falsas acusaciones, por lo que el sacerdote no tuvo otra alternativa que reconocer que en verdad se había equivocado, por lo que se excusó públicamente ante Bosch y ante el país. Luego de dicho debate, esas elecciones generales fueron ganadas por Juan Bosch y el PRD, con casi un 60 % de los votos emitidos.
Pero este gobierno legítimo y constitucional, presidido por Juan Bosch, soportado en la constitución más progresista, respetuosa de los derechos humanos y la de mayor justicia social, desgraciadamente fue derrocado por un golpe de Estado militar, perpetrado por la cúpula de las fuerzas Armadas, el clero de la iglesia católica, la embajada de los Estados Unidos de Norteamérica, la oligarquía dominicana (empresarios); los partidos de la oposición que no salieron favorecidos en las elecciones, como la Unión Cívica Nacional, presidida por el Dr. Viriato Fiallo; por algunos intelectuales, entre ellos un hijo y nieto de presidentes de la República, como lo fue el Dr Juan Isidro Jimenes Grullón, los cuales tiraron por la borda los avances de desarrollo económico, político, social e institucional que ya se habían alcanzados.
Este golpe de Estado trajo como consecuencia, un Triunvirato, un gobierno dirigido por tres personas, caracterizado por una gran corrupción, el contrabando y una gran represión a la oposición, lo que condujo al país a la Revolución de Abril de 1965, un enfrentamiento de civiles y militares constitucionalistas contra ese régimen de facto. Dicha Revolución procuraba el retorno de la presidencia que le fue usurpada al Presidente Juan Bosch y a la Constitución del 63, lo que devino en la
segunda intervención Norteamericana.
En dicho acto dí a conocer un testimonio inédito ocurrido cuando ocupé las funciones de Gobernador Civil y Provincial de La Vega (1996-2000). En la última visita de Juan Bosch a esta ciudad, lo llevé al Santo Cerro, junto a su esposa, doña Carmen Quidiello, lugar donde estudió durante su infancia.
Allí, el cura párroco, Francisco Almonte, nos entregó un manuscrito de puño y letra de don Juan, fechado el 8 de octubre de 19961, recién llegado del exilio, el cual reposaba en los archivos de dicha iglesia. Dicho manuscrito expresaba: Juan Bosch. Saluda al venerable párroco de la iglesia del Santo Cerro en ocasión de enviarle a través del señor Mariano Decamps, portador de la presente, una pequeña suma destinada a cinco misas de difuntos a la memoria del inolvidable Padre Fantino, en cuya palabra aprendí el valor de la caridad cristiana. Ruego que no se de publicidad a este envió para que no se atribuya a fines políticos, lo que es una promesa de hace veinte años atrás”. Atentamente, Juan Bosch.
En dicha obra, en el capítulo X111, titulado Comunismo y Democracia, hace 61 años, Bosch deja plasmado el respeto, la admiración y la devoción hacia este sacerdote excepcional, por la forma de predicar el evangelio y oficiar las misas, su humildad, preocupación por los enfermos y por la forma de orar. “Yo era joven entonces, pero dije a menudo: después de su muerte, el Padre Fantino será adorado en toda esta región como un santo, y la gente tendrá por reliquia un pedazo de su sotana. Y así sucedió”.
A pesar de haber sido satanizado, derrocado, acusado de comunista y de no creer en Dios, Juan Bosch tenía un gran respeto por la iglesia católica y tuvo una gran predicción sobre la beatificación del Padre Giovanni Francesco Fantino Falco, pues en estos momentos, tanto en nuestro país como en Italia, existe un movimiento católico que está gestionando que este sacerdote sea canonizado o elevado a santo. Monseñor Antonio Camilo González, obispo emérito de La Diócesis de La Vega, es uno de sus principales precursores.