MADRID. El expresidente de Ecuador Rafael Correa aseguró ayer que valora pedir asilo en Bélgica, donde reside con su familia, si en algún momento, como no descarta, la Justicia ecuatoriana dicta prisión preventiva en su contra y le obliga a regresar al país.
“Es una de las alternativas que estamos estudiando, aunque todavía no es definitivo”, señaló Correa durante la conferencia que ofreció en Madrid en la que analizó la situación actual de América Latina.
“No sabía si hoy iba a estar libre para poder venir aquí”, aseveró al inicio de la ponencia el expresidente ecuatoriano, en referencia a la posible petición de cárcel preventiva por el caso que lo vincula con el supuesto secuestro del exlegislador opositor Fernando Balda, en Bogotá en 2012.
Finalmente, la jueza de garantías penales de la Corte Nacional de Justicia (CNJ) de Ecuador, Daniella Camacho, resolvió que Correa deberá presentarse cada quince días, a partir del 2 de julio, ante el tribunal ecuatoriano.
“Me pusieron una condición imposible de cumplir y usarán que incumplí la medida cautelar y entonces me pondrán la prisión preventiva”, aseveró el exmandatario ecuatoriano (2007-2017).
“Obviamente quieren que vaya allá para no dejarme salir. Me quieren preso o fuera del país, pero inmovilizado. Lo lograrán, de forma temporal, pero todo es cuestión de tiempo. Al final venceremos”, añadió.
Correa aseguró que las pruebas presentadas por la Fiscalía en su contra, entre las que figuran varias cartas que le enviaron agentes de inteligencia y depósitos bancarios a favor de uno de ellos, son falsas.
“Están forjando pruebas para tratar de incriminarme porque no tenían absolutamente nada”, afirmó el mandatario, para quien el secuestro de Bala ya se juzgó en Colombia y por lo tanto “no se puede juzgar en dos sitios”.
“Y además se hizo bajo la tipificación de secuestro simple, que en 2012 no estaba penado en Ecuador, y de haberlo estado ya estaría prescrito”, añadió.
Correa afirmó que el objetivo de su implicación en el secuestro es “quebrarlo” social, económica y familiarmente, haciendo “toda una campaña de que fuimos un Gobierno represivo”.
“Se me ha acusado de corrupción en varios casos, de crimen organizado, de tráfico de influencias, de sobreendeudamiento, por cierto, delito que no existe en Ecuador. Les falló todo eso y ahora sacan un caso de secuestro”, dijo.
“Vamos a una condena, que es lo que quieren, a no ser que cambie la situación política, porque esto solo se resuelve sacando a los traidores del Gobierno”, concluyó.
El lunes Correa fue vinculado penalmente al “caso Balda”, un intento de secuestro del exasambleísta en 2012 en Colombia, y por el que se enjuició a dos personas en ese país.
Balda denunció haber sido forzosamente introducido en un vehículo por cinco personas, aunque la policía colombiana lo interceptó y frustró su captura.
El fiscal general ecuatoriano presentó indicios de la presunta participación de Correa en la orden para el frustrado secuestro de Balda, entre ellos cartas de altos mandos al expresidente y dos depósitos de poco más de 20.000 dólares para la operación de captura.