La Cuenca Alta del Río Yaque del Norte es el primer punto de referencia del deterioro que observa nuestra principal fuente hídrica, lo que varios estudios y entendidos atribuyen principalmente a la deforestación, la agricultura de secano y a la ganadería.
Se critica que terrenos que debieron conservarse temprano y donde tenían que regularse los cultivos, sean sometidos a intensas cosechas que no solo conllevan deforestación, sino que erosionan los suelos y trastocan el filtrado de las aguas cuando llueve.
Los intensos cultivos de tayota, habichuela, hortalizas y flores, así como la explotación de áreas de pendientes, atentan contra la conservación y mantenimiento de la cobertura boscosa en esta parte de la cuenca.
De esas prácticas agrícolas la que mayor preocupación genera en especialistas y estudiosos de las calamidades del Yaque del Norte, tiene que ver con el cultivo de tayota, que consideran “una gran amenaza para conservar la cuenca porque los productores deforestan y están cambiando los árboles por las plantaciones de tayota”.
A esos agentes se atribuye la baja capacidad de almacenamiento de agua que nos deja sin reservas naturales y subterráneas, sintiéndose en tiempos de sequías, así como las inundaciones que suelen afectar al país en temporadas de lluvias.

Esta parte de la Cuenca del Yaque abarca al Parque Nacional J. Armando Bermúdez, Jimenoa, Manabao, Jarabacoa y la Prensa de Tavera. Para este escenario se considera de alta prioridad provocar una revolución del uso de suelo, que de paso “a modelos productivos social, económica y ambientalmente sostenibles”.
Varios estudios relacionados con el Yaque del Norte coinciden en identificar las variables y factores que originan su deterioro, sin dejar de advertir que estos se tornan preocupantes a partir del municipio de Jarabacoa.
Como anunciamos en la última entrega de este serial que publica el Centinela Digital, nos enfocaremos a pasar revista a los problemas que dañan al Yaque en cada subcuenca, por lo que iniciamos con la Cuenta Alta.
A partir de su entrada a Jarabacoa, el Yaque del Norte tropieza con otros componentes que agravan la preocupante realidad que arrastra desde su nacimiento, lo que genera preocupaciones a no pocos.
En el referido municipio no existe sistema de alcantarillado sanitario, ni planta de tratamiento de las aguas residuales, de manera que la casi generalidad de desechos sólidos, pesticidas y desperdicios de todo tipo, van a parar a ríos, cañadas y arroyos que vierten finalmente al Yaque. (Nótese en la fotografía la deforestación en las Lomas de la Prensa de Tavera. Foto de Alex Castro).
Otros daños y propuestas de soluciones
Se observan señalamientos puntuales en torno, además de los citados, a otros agentes que en la actualidad afectan sensiblemente la parte alta de la Cuenca del Río Yaque del Norte.
Entre estos destacan la poca conservación y mantenimiento de la cobertura boscosa; presencia de taludes de la red de caminos en zonas de alta pendiente que se encuentran descubiertos y desprotegidos, así como la descarga de aguas servidas sin ningún tratamiento, tanto de los asentamientos humanos concentrados y dispersos, como de las aguas derivadas del procesamiento del café.
Con la finalidad de hacer frente a los indicadores señalados, la Comisión Presidencial se propone regular la ganadería de montaña con tecnología y medidas que reduzcan la contaminación de las aguas por el ganado y el vertido a ríos de esas aguas contaminadas, también aplicar la zonificación de cultivos atendiendo a la permeabilidad de los suelos y al valor económico y social de los cultivos.
En lo que tiene que ver Parque Nacional, buscará mejorar la vigilancia, un mayor control de acceso al mismo, así como el control y prevención de incendios, para lo que promoverá un acuerdo entre el Ministerio de Medio Ambiente y el Plan Sierra. Además, considera de alta prioridad regular el uso de suelo, disminuir la contaminación y mejorar los almacenamientos de agua.
Asimismo, fortalecer la protección y conservación de los servicios ambientales, micro-cuencas y sistemas de abastecimientos, para lo que se levantará un diagnóstico de la capacidad de los municipios, principalmente de los pequeños, de reducir y controlar el vertido a los ríos de desechos sólidos y aguas servidas sin tratar, e iniciar proyectos pilotos en esa dirección.
Contempla también restaurar y proteger vía el fomento forestal unas 2 mil 500 hectáreas y el fomento agroforestal de otras 2 mil. Asumirá el ordenamiento y control de la producción de tayota y fomentará obras de conservación de suelos en una extensión de mil hectáreas.
En la zona urbana de Jarabacoa, la Comisión Presidencial se propone instalar sistemas de aguas residuales y acueducto. También promover y facilitar el cambio de suelo en la sub-cuenca del rio Jimenoa.
En la próxima entrega pondremos en perspectiva la realidad que presenta hoy la Cuenca Media del Yaque del Norte.