A pesar de mi dilatado ejercicio periodístico, conocí personalmente a Enrique Romero hace menos de dos años en el programa El Patrón de la Tarde.
Acudió a una entrevista y me sorprendió su serenidad, audacia y prudencia durante la conversación y, en mi caso particular, la amabilidad con que me trató.
Yo tenía referencias sobre sus habilidades políticas, su fino trato y la empatía que originaba su temperamento sosegado, equilibrado e inteligente.
Sin embargo, únicamente veía en entrevistas en televisión al médico y actual alcalde de Puñal, siempre sereno, decente, sencillo y respetuoso.
Hace unos meses lo vi competir exitosamente por la secretaría general provincial del PRM, donde logró un sólido y sorprendente apoyo de la dirigencia del partido de gobierno.
Hoy día Enrique Romero se ha constituido en una voz auténtica en el PRM y se erige como un importante líder en la plaza política de Santiago.
Tiene una cercana relación de amistad y política con el presidente Luís Abinader y con actuales altos funcionarios del gobierno, pero no hace alardes de eso.
Como los dirigentes equilibrados, exitosos, audaces, empáticos y verdaderos trabajadores políticos son muy escasos, el doctor Romero sobresale en Santiago.
El PRM debería valorar en su justa dimensión a su secretario general y alcalde de Puñal.