Hay interrogantes que están «en el aire» y que sería interesante conseguir respuestas precisas e irrebatibles: ¿con cuántas personas se llena la cancha del Club Sameji? ¿Cuántos empleados tiene la Alcaldía de Santiago en la actualidad?
Las respuestas a esas dos preguntas serían suficientes para «despejar dudas» en torno a lo ocurrido el domingo en la cancha del Club Sameji con un «mitin» de campaña electoral realizado por el alcalde de Santiago, Abel Martínez.
Hay que obviar «la jugada politiquera» del alcalde Martínez de entregar el doble sueldo navideño a los empleados y obreros del cabildo el viernes 30 de noviembre, 48 horas antes de su actividad proselitista, y dirigir una mirada a la cancha del Club Sameji.
Antes del «mitin» de Abel, por ejemplo, la diputada Altagracia González, coordinadora de campaña del expresidente Leonel Fernández en la Circunscripción Uno, «abarrotó» la cancha del Sameji con una simple asamblea de los leonelistas de esa zona.
Unos alegan que la cancha del Club Sameji «se abarrota» con mil 500 personas y otros señalan que se pueden llevar dos mil para que «una parte» se quede afuera y así dar la impresión de que la actividad «fue multitudinaria».
Nadie duda de que Abel Martínez es «un general con tropas» como alto dirigente del PLD y de que como alcalde tiene buena aceptación en la población, pero la forma como se ha exagerado su actividad del Club Sameji es ridículo y risible.
¿Una concentración multitudinaria en el Club Sameji? Eso es burda manipulación porque esa cancha se utiliza para simples asambleas y reuniones porque su espacio es muy limitado para actividades de masas.
Si con menos de la mitad de los empleados de la Alcaldía de Santiago «se abarrota» el Club Sameji, ¿qué necesidad hay de exagerar de esa manera la cantidad de personas que concentró Abel Martínez en esa cancha?
Se trata de un Club que construyó Joaquín Balaguer en su último gobierno para los deportistas y el equipo de Baloncesto de los barrios Savica, Mejoramiento Social y el Ejido en la zona Norte de Santiago, pero ya los partidos políticos no lo utilizan porque es muy pequeño.
Aparte de los espacios «al aire libre», lo único que tiene Santiago para la realización de actividades de masas por parte de los partidos políticos es la Gran Arena del Cibao, pero se está utilizando para concentraciones regionales (de las 14 provincias del Cibao) y hasta nacionales.
De todas maneras, no hay una actividad de campaña electoral que no sea promovida «exageradamente» en lo que respecta a la cantidad de asistentes. La del alcalde de Santiago, Abel Martínez, no es la primera ni será la última.
Esas exageraciones y mentiras de «miles de asistentes», «concentración multitudinaria», «se quedó más personas afuera que las que pudieron entrar», «mitin sin precedentes», «concentración histórica», entre otras, son formas de tratar de engañar a los incautos.