A pesar de la dejadez y descuido de los partidos políticos en empezar a promover y fortalecer sus líderes locales, las elecciones municipales de febrero del 2020 serían cruciales para tener éxito en las votaciones presidenciales de ese mismo año.
Un amplio triunfo en los comicios del último domingo del mes de febrero del 2020 para escoger a los alcaldes y directores de distritos municipales, tendría un impacto verdaderamente positivo de cara a las elecciones de mayo de ese mismo año.
Sin embargo, las cúpulas de los partidos políticos aparentan que no están prestando atención a la importancia que tendrían las elecciones municipales para, tres meses después, aumentar las posibilidades de ganar las votaciones congresuales y presidenciales.
De acuerdo a lo que manda la constitución, las elecciones para elegir los alcaldes, regidores, directores de distritos municipales y vocales se llevarán a cabo el último domingo del mes de febrero y las autoridades electas serán juramentadas el día de los ayuntamientos, 24 de abril.
Es decir, los alcaldes, regidores, directores de distritos municipales y vocales serán juramentados 22 días antes de las elecciones congresuales y presidenciales, en las que se elegirá al presidente de la república, al vicepresidente, a los senadores y a los diputados.
Una derrota en las votaciones municipales, especialmente en las alcaldías de mayor influencia y población del país, podría ser demoledor para la integración y el entusiasmo con que tendrían que seguir trabajando para las elecciones congresuales y presidenciales.
Además, miles de dirigentes del partido derrotado en las elecciones municipales perderían la motivación. Contrario a ellos, los ganadores con 22 días de juramentados en sus cargos serían intensos y agresivos en el trabajo proselitista para que su partido gane las congresuales y municipales.
A pesar de esa inocultable realidad, en la mayoría de las plazas electorales del país existe una grave orfandad de liderazgo local y las altas dirigencias de los partidos parecen que están perdiendo de vista la importancia que tienen en lo adelante las elecciones municipales.
En el caso particular de Santiago y otros pueblos del Cibao, la batalla entre los dos principales partidos, el PLD y el PRM, luce interesante porque cada uno de ellos controla en este momento influyentes plazas políticas.
La mayor dificultad del PRM aparenta seguir siendo Santiago, pero controla las tres importantes alcaldías de La Vega, San Francisco de Macorís y Moca. En el caso de Santiago, el PRM luce fuera de competencia en lo que tiene que ver con la alcaldía del municipio cabecera.
El PLD exhibe una gran solidez para continuar controlando la alcaldía de Santiago y Puerto Plata, pero tendrá que redoblar sus esfuerzos en plazas como La Vega y San Francisco de Macorís, que son de las cuatro más influyentes con que cuenta el país.
En los partidos hay actualmente una feroz lucha por la candidatura presidencial y todos los esfuerzos se concentran en ese propósito, y no están dando la más mínima relevancia a las elecciones municipales, las cuales podrían afectar su objetivo esencial que es ganar las presidenciales.