“Hay palabras que por las ideas que revelan llaman nuestra atención y atraen nuestras simpatías hacia los seres que las pronuncian», Juan Pablo Duarte.
Por: David Polanco, dirigente social y político, egresado de la UASD.
Hacia finales de los años 80 conocí a un hombre joven, delgado, con barbas y con el mismo sueño que muchos de nosotros; construir un mejor porvenir para nuestro país, con oportunidades, un lugar idóneo para forjar las ideas de los que lucharon por la independencia dominicana. Aquel jovencito de 19 años ya empezaba a trillar un camino diferente, pero por los mismos senderos por donde andaron Duarte, Luperón, Caamaño y Amín; hablo de Fidel Ernesto Santana Mejía.
Ese mozalbete nació en el populoso sector capitaleño de San Carlos, un barrio con gran incidencia de lucha, tanto en la invasión de 1965 como en las protestas que se libraron contra los terribles 12 años de Balaguer. También conocí a su padre, José Luis Santana (Don Cuco), un gran ser humano, proveniente de las filas del Movimiento Revolucionario 14 de Junio.
Fidel se destacó en las luchas sociales y reivindicativas de nuestro país, estudió en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), graduandose de sociólogo. Fue segretario general del Frente Estudiantil de Liberación Amín Abel (Felabel), integrante del Comité ejecutivo de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED), miembro del colectivo de organizaciones populares junto a Ramón Almánzar, Víctor Jerónimo, Fernando Peña, Fran Valdez, Arismendis Bertrés, Rafael Bonilla, Jesús Diplán, entre otros valiosos camaradas. Llegó a ser el vocero y coordinador del Frente Amplio de Lucha Popular (Falpo). En la UASD ha ocupado varias direcciones, hasta hace poco fue diputado nacional y presidente del Partido Frente Amplio.
Hay que destacar la magistralidad que posee con la pluma escribiendo: «Amín Abel, un gigante dormido» y «Resistencia y colectivismo en los convites campesinos de la provincia San Cristóbal».
Ahora vemos que un conjunto de organizaciones lo postula a la Defensoría del Pueblo y estoy más que seguro que dirigirá esa institución con la responsabilidad, honestidad y pulcritud que lo ha caracterizado siempre. ¡Adelante compañero, puede contar conmigo y con los míos!