Por: Luis Córdova
Mientras los dominicanos nos entretenemos con los chismes morados, las plazas alternan sus discusiones con las Grandes Ligas y la pelota criolla… Mientras los cuerpos esperan ansiosos saber que es viernes, la estabilidad de la isla pende de un hilo.
Lo sucedido en Elías Piña pasa inadvertido para la gran audiencia, que una muchedumbre motorizada bloqueara los accesos al paso fronterizo porque los militares les impidieron entrar con sus motos, sirvió de ejemplo de la prudencia de los uniformados de este lado, que resistieron la provocación de piedras y palos lanzados (como muestran los videos crudos), obligándolos a replegarse y desde la distancia lanzar bombas lacrimógenas para disuadirlos.
Helen La Lime, la enviada de la ONU para Haití, en su turno de ayer en el Consejo de Seguridad llamó a “los socios” de los haitianos a que consideren el envío de una fuerza de intervención como «una cuestión de urgencia» que fue recogida por Estados Unidos, que se mostró dispuesto a apoyarla directamente, habilitarla y proporcionarle recursos.
En ese mismo encuentro Rusia y China mostraron reservas al envío a Haití de una fuerza de intervención ajena a la ONU para ayudar al Gobierno a controlar la situación de seguridad y sanitaria.
Mientras se discuten posibilidades el hambre, la desazón, el miedo y la desesperanza laceran el alma de un pueblo fatigado de miserias. Mientras se encuentra alguna salida los incesantes maquinadores de especulaciones auspician vacíos de verdad.
La decisión que sea impactará a la isla completa.
Debería ser un tema libre de pasiones y prejuicios, debería ser un tema de los políticos, de los aspirantes a dirigir este manojo de esperanzas y sueños que llamamos país.