Actualmente, los productores nacionales de pina y la Asociación de Productores de Piña de Cevicos se encuentran enfrentados a las autoridades del sector agropecuario bajo los alegatos de que estas han permitido la entrada a territorio nacional de un contenedor de pina procedente de Costa Rica sin contar con el debido Certificado Sanitario expedido por las autoridades agropecuarias de ese país.
La pina es el segundo más importante cultivo de exportación de Costa Rica, inmediatamente luego del banano con un área sembrada de 40,000 hectáreas y valores exportados anuales que rondan los 1,200 millones de dólares. A pesar de su enorme competitividad en la producción de este cultivo, cuando la Republica Dominicana negocio el DR-CAFTA con sus pares centroamericanos y Estados Unidos, incluyo la piña dentro de la Canasta C con un arancel de protección de 20% a ser desmontado en un periodo de 10 anos a una velocidad lineal de 2% anual.
Por lo tanto, desde el punto de vista del comercio, la piña cultivada en Costa Rica puede ser importada por los comerciantes dominicanos a una tasa arancelaria de 0% desde el ano 2015 tal como quedo establecido en el Anexo 3.3 del Acuerdo.
Sin embargo, el hecho de que el país de origen de este contenedor de piña, Costa Rica, alberga en su territorio un gran número de plagas cuarentenarias que no existen en nuestro territorio, resultaría en una gran amenaza para la agropecuaria nacional el permitir su entrada sin que el mismo haya sido inspeccionado por las autoridades fitosanitarias del país de origen.
La principal objeción fitosanitaria que debemos enarbolar como país tiene frente a Costa Rica es la presencia de la enfermedad conocida como fusariosis de la piña, ocasionada por varias especies de hongos del género Fusarium y que, de acuerdo a los expertos, la especie más devastadora es el Fusarium guttiforme que ataca preferentemente la variedad de piña Golden MD2 y puede ocasionar perdidas entre un 30 y un 90%. Esta enfermedad ataca tanto la fruta como los brotes, las flores y la planta en general. La Golden MD2 es la variedad que Republica Dominicana produce y exporta hacia los mercados internacionales de Israel y Estados Unidos.
Existen, además en Costa Rica, otras plagas cuarentenarias, que aunque no están asociadas directamente al cultivo de la piña, es necesario mantener fuera de nuestras fronteras. Una de ellas es la hormiga arriera (Atta cephalotes) que ha sido catalogada como uno de los insectos más perjudiciales ya que destruye las hojas de unos 47 cultivos agrícolas y hortícolas; 13 especies forrajera y unas 50 especies forestales. De modo que su entrada al territorio nacional pondría en peligro la producción de bienes agroalimentarios, la producción ganadera y la forestal.
La otra plaga que preocupa a los productores es el insecto conocido como gusano barrenador del ganado (Cochliomyia hominivorax) cuyas larvas ocasionan severas lesiones a los animales y a humanos. Su impacto es totalmente devastador sobre la producción de leche y carne ya que reduce la producción e incrementa la mortalidad de los animales infestados.
De acuerdo con la Organización Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA), en Sur América se ha estimado en unos 3,600 millones de dólares anuales, el costo de los programas asociados a la vigilancia epidemiológica, las medidas preventivas y la disminución de la producción de los animales afectados.
Como se puede observar, la amenaza fitozoosanitaria de bienes agropecuarios procedentes de Centroamérica debe ser considerada como tal y la prevención para impedir la entrada de estas plagas debe convertirse en una alta prioridad epidemiológica para las autoridades del sector agropecuario nacional.
La producción de piña de exportación es un nicho de crecimiento muy importante para la Republica Dominicana no solo por el dinamismo del mercado sino por la propensión a ser utilizada en la reconversión de algunos cultivos de baja rentabilidad y sustituirlos con este cultivo.
El país debe cumplir con el acuerdo DR-CAFTA pero sin poner en peligro el patrimonio epidemiológico del país ni accionar en desmedro de la prevención fitozoosanitaria de modo de que se pueda evitar la entrada de plagas y enfermedades al territorio nacional. El sector agropecuario nacional y los productores de pina requieren y demandan una sanidad agropecuaria mucho más robusta, rigurosa y comprometida con la producción nacional.