En días pasados, durante su comparecencia ante los embajadores tiulares de la organización de Estados Americanos, OEA, el embajador dominicano ante ese organismo regional, Gedeon Santos, produjo un discurso histórico en el que dio la voz de alarma a causa de la crisis que de un tiempo, a esta parte, está viviendo el sistema democrático en nuestro continente.
Gedeón hizo sentir su voz, porque la OEA no estaba, ni estaa cumpliendo su papel de identificarse con las ideas que le dieron origen, por cuanto, ha estado respondiendo y reaccionando motivado en las demandas que en los diferentes países enarbolan las Organizaciones de la Sociedad, en contra de los gobiernos legitima y democraticamente elegidos.
Dijo que la Organización de Estados Americanos había olvidado que quienes la conforman son una sumatoria de los diferentes gobiernos y no, la sumatoria de las ONGS.
Las ONGS se han convertido en auténticos instrumentos de presión política en alianza con intereses foráneos dedicados a socavar a los gobiernos, procurando, vía argumentos legales, hacer saltar del poder a los gobernantes.
Con claridad mediana el connotado diplomático pudo establecer que las entidades no gubernamentales, junto a minorías desesperadas procuraban a cualquier coste, interrumpir la voluntad democrática de los ciudadanos que cada 4 años iban y elegían en las urnas a sus mandatarios.
Es que hasta hace poco, nuestro liderazgo político respetaba con naturalidad el tiempo constitucionalmente, preestablecido para la duración de los gobiernos en las diferentes naciones.
Hoy, las ONGS y las referidas fuerzas externas, viven al asecho de cualquier error de los gobernantes para proceder a judicializarlos echándolos del poder sin que el periodo para el que fue elegido, se cumpla.
A manera de ejemplo, solo debemos recordar el caso de Dilma Roussef en Brasil y lo que se intenta hacer con el gobierno de Daniel Ortega.
A esa realidad, hoy debemos sumarle, el proceso judicial que se ha iniciado contra el actual presidente de Guatemala, Jimy Morales, quien se encuentra en la cuerda floja.
Morales ha caído en la pata de los caballos. El Ministerio Público (MP) y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), ya le solicitaron lo que en el argot judicial se conoce como, antejuicio por la posible comisión de delitos electorales.
El expediente del mandatario fue trasladado al Juzgado Décimo de Primera Instancia Penal.
De ahí que, el futuro del gobierno democrático de Morales, ya no es, ni fue decisión del pueblo guatemalteco, sino de la Corte Superior de Justicia (CSJ) y, en última instancia, del Congreso de aquella nación centroamericana.
Todo lo planteado, nos hace recordar la advertencia del embajador dominicano, Gedeón Santos, sobre la nueva crisis de la democracia en nuestro continente.