Recibir la comisión oficial de la República Dominicana para participar en el Jubileo de los Administradores de Justicia es un honor que resalta la importancia del sistema judicial y su relación con la fe. Este evento, que congrega a miembros del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional de la República Dominicana, representa una oportunidad única para promover la justicia y la ética en nuestra sociedad.
Como embajador dominicano ante la Santa Sede, mi papel incluye facilitar el diálogo entre las instituciones judiciales de nuestro país y la Santa Sede, así como coordinar la participación en actividades tan significativas como la audiencia con el Papa. Este encuentro no solo simboliza el compromiso de la República Dominicana con los valores de la justicia, la equidad y la paz, sino que también ofrece un espacio para reflexionar sobre el papel de la justicia en la construcción de una sociedad más justa y solidaria.
El peregrinaje a la Puerta Santa es un acto cargado de simbolismo, donde los participantes tienen la oportunidad de renovar su fe y compromiso con los principios que rigen su labor. Esta experiencia espiritual es fundamental para los administradores de justicia, ya que les permite fortalecer su vocación y reafirmar su responsabilidad en la búsqueda de la verdad y la justicia.
Este Jubileo no solo es un evento religioso, sino también un llamado a la acción para todos los que formamos parte del sistema judicial. Es un momento para meditar sobre el impacto de nuestras decisiones y acciones en la vida de las personas, y para reafirmar nuestro compromiso con un ejercicio de la justicia que esté en consonancia con los valores éticos y morales que promovemos.
En resumen, la participación en el Jubileo de los Administradores de Justicia es una oportunidad para celebrar y reflexionar sobre el papel fundamental que desempeñan los administradores de justicia en la sociedad, y para fortalecer los lazos entre la fe y la justicia en nuestro país.