Hace unos meses vino al país, por iniciativa nuestra, un joven ‘booktuber’ español de nombre Sebastían García Mouret. Con apenas 23 años, su canal en Youtube está en boca de muchos, como una forma efectiva de promover la lectura entre los jóvenes. Preocupada por la lectura, no pude evitar cuestionarme cómo un joven de su edad ve el presente y el futuro de la lectura en el mundo y qué podemos hacer desde las políticas públicas para promover que los niños, niñas y adolescentes lean más.
Desde que inauguramos la primera y única Biblioteca Infantil y Juvenil de la República Dominicana en el 2007, hemos estado evaluando los comportamientos positivos que surgen de promover la lectura entre nuestros infantes. El impacto en las destrezas y habilidades, la mejora en las calificaciones, más facilidades para comunicarse, son apenas algunos de los beneficios que provienen de buenos hábitos de lectura.
La más reciente Encuesta Nacional de Consumo Cultural data del 2015, realizada por el Banco Central, arrojó que cerca del 19% de la población dominicana de 15 años y más residente en las zonas urbanas compró algún producto cultural; de los cuales el 54% correspondió a libros, un indicador importante para ir midiendo el impacto de las políticas de promoción del libro y la lectura en la población. En la medida en que aumente este indicador, más lectores tendremos.
De igual manera, el éxito de las políticas de fomento a la lectura está atado al éxito de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo y las ferias regionales que se realizan, puesto que son plataformas importantes para los autores dominicanos, que les permiten conectar con otras latitudes.
Hay que insistir en los postulados de la Ley 502-08 del Libro y Bibliotecas, que declaró de interés social “la política de fomento de la lectura, del Sistema Nacional de Bibliotecas y de la actividad editorial”. Hay que reconocer que aún los costos de producción de una obra literaria son privativos y que el mercado de los libros es “poco comprendido”, como decía una autora dominicana en una reciente entrevista.
Existe un vínculo indisoluble entre el avance de la población en sus habilidades, que va de la mano con la lectura. En un mundo con tantos estímulos externos, que ha puesto en una pantalla el acceso al entretenimiento y la cultura, solo podemos apelar a la creatividad de padres, madres, tutores y profesores, para mostrar a los infantes la magia de la lectura.
Lo que se requiere es volver a poner de moda al libro entre los niños, niñas y adolescentes. Para esa tarea, la tecnología es una aliada extraordinaria. Hoy día han surgido nuevos hilos conductores entre el mundo digital y los libros, que va más allá de que los autores coloquen sus obras en medios digitales. Me refiero a los ‘youtubers’ y ‘bookstagrammers’, que han tomado las redes sociales y las plataformas en línea para crear contenido audiovisual que promueve la literatura.
Es una forma innovadora de incitar a los más pequeños a la lectura y, por qué no, a los grandes también. Por eso trabajamos para crear una comunidad con estos promotores digitales de la lectura, para que apoyen a otros a hacer lo mismo y, de esa manera, generar mayor atractivo en la lectura.
“Leer es un valor añadido”, decía María José Rincón en un reportaje que leí recientemente. Mientras más hacemos comprender a los ciudadanos cuál es ese valor agregado, en especial para los más jóvenes, cada vez más tendremos comunidades lectoras dispuestas a promover la lectura y el conocimiento. Con constancia y perseverancia, la magia del libro perdurará.