REVOLTILLO
Las drogas van en coche
Escribí, repetí a mis amigos y familiares en más de una ocasión, que dejaría de lado referirme al tema de las drogas, tras considerar que ese es un caso perdido. La venta y el consumo de esa cosa es ya habitual. Hasta el más despistado sabe en el barrio quién la vende, quien la consume y cómo se transporta a domicilio. Pero a nadie importa, a nadie molesta, todos juegan a la indiferencia porque saben, tampoco es un secreto, que la complicidad y el dejar hacer, se convirtieron en el mejor aliado de esa basura que daña nuestra juventud y fomenta la bendita delincuencia que nos arropa. El microtráfico de drogas es vigilado, pero no para impedirlo, al revés, para que opere a sus anchas y pueda de esa manera cumplir con la cuota que tiene que tributar cada semana. Creo que aquellos que seguimos odiando esa perversa travesura del sistema, solo nos queda apretar cada vez con más fuerza los lazos de prevención y educación, para que ese demonio no entre a nuestros círculos familiares. Qué más podemos hacer?
Titulares con colores de sangre
La sociedad dominicana es impactada a cada instante por crónicas cargadas de sangre y tragedias, episodios por lo general referidos al asesinato de mujeres o a la violencia imparable que nos afecta como país. Se trata de titulares, relatos, fotografías e imágenes de videos, que por el tratamiento que reciben en muchos medios, induce a que nos estamos acostumbrados a rendir culto a la muerte. A cada hora, a cada instante, las crónicas, sus morbosos titulares, además de la exhibición sin pudor de cadáveres en la televisión, nos atormentan con una nueva tragedia, con una nueva imagen de la muerte que, a propósito, se nos hace cotidiana y frente a la que nos acostumbramos como si se tratara de algo normal. Si bien esta secuela de hechos amerita de un rediseño de lo que se ha intentado hasta ahora para variar el curso de tan lacerante realidad, no es menos cierto que deben revisarse también los criterios enarbolados por medios y periodistas para justificar la exhibición, sin reglas ni control, de un material informativo que no solo promueve la cultura de la muerte, sino que influye en el comportamiento violento de la sociedad actual. Ambas cosas ameritan ser discutidas con apremios en el entendido de que, una gran parte de los espectadores, no goza de la suficiente capacidad de discernimiento.
El tupé de los médicos y su colegio
Como el típico sinvergüenza dominicano, el presidente del Colegio Médico fue al Palacio Nacional para defender, como un gallito picao, aquello de que los médicos hacen bien y están dentro de la ley al solo trabajar 4 horas por día en los hospitales del país. Según el señor Wilson Roa, sus nobles muchachos “trabajan más tiempo que el que les corresponde” porque, además de las 4 horas, disque tienen que hacer guardia. Independientemente de que las matemáticas no cuadran por ningún lado, tal vez haya que recordarle al señor Roa que los médicos que “sirven “en los hospitales, son empleados públicos y eso supone, como ocurre con todos los demás servidores del Estado, que están obligados a cumplir un horario de ocho horas cada día. No es secreto para nadie que muchos médicos pierden un apreciable tiempo entre la cafetería, uso del celular y amenas conversaciones con colegas, sin contar los paros y huelgas, lo que no solo representa un soberano desperdicio de tiempo, sino que reduce las atenciones que cada uno de estos está llamado a ofrecer a los pacientes. No sabemos con claridad a qué merito atribuirle este irritante privilegio, pero sí tenemos claro que el gobierno tiene que procurar que, como es norma obligaría para todos los demás servidores públicos, estos señores cumplan una jornada de trabajo de ocho horas diarias. Y punto.
Las gaviotas acaban con los closets
Las imágenes de lo que pasó en las calles de París el fin de semana no pudieron ser más partidas. Trullas de gaviotas orondas asaltaron las más encumbradas avenidas parisinas, y mostraron a pecho abierto su orgullo gay. La exhibición confirmo tan solo que los closets se están abriendo por todas partes y que anda un ruido de gaviotas alborotadas que rompe madre…Dios santo, cuantas hembras con vestuario de hombre están abriendo sus alas para surcar los cielos en busca de aventuras y conquistas de pichones! Habrá que pedirle al todopoderoso que nos ampare porque si las cosas siguen como van, el reino será de los pájaros…