Su promotor dice que después de los ataques terroristas del 9/11 siempre pensó que hacía falta reforzar la vigilancia, pero algunos neoyorquinos no están muy contentos con los robots que patrullan zonas de la ciudad, desde el Aeropuerto La Guardia hasta el edificio de la Bolsa de Valores de Wall Street.
«Son una combinación de inteligencia artificial, tecnología de autos sin chofer, robótica y sistemas de análisis reunidos en algo útil para la sociedad«, le dijo a CBS William Santana Li, presidente de Knightscope, la compañía de Silicon Valley que los fabrica.
La firma los está presentando al público en un salón de exhibiciones de la Avenida Lexington y la calle 47, en Manhattan.
El robot tiene cinco cámaras de seguridad, una de ellas capaz de medir los niveles de temperatura de cada imagen que registra, y toda la información va a un portal de internet monitoreado por fuerzas de seguridad que, de esta manera, amplían ostensiblemente su campo de vigilancia.
Aunque no tiene controles que permitan detenerlo para que siga a una persona, las preocupaciones sobre una posible invasión a la privacidad vienen, sobre todo, de otra función: son capaces también de identificar los números de serie de los teléfonos celulares que entren en su radio de acción, los códigos IMEI, por las siglas en inglés de International Mobile Equipment Identity, o Identidad del Equipo Móvil Internacional.
Según Knighstscope, sin embargo, toda la información registrada por el robot está segura, y sólo puede ser leída por la agencia de seguridad que lo controla.
Es un sistema que, en los casos de equipos adquiridos por grandes empresas para vigilar áreas poco frecuentadas, como estacionamientos, dan una señal inmediata de alarma a los agentes de seguridad.
Fundada en 2013, Knightscope dice haber sido también un resultado indirecto de la matanza de la Escuela Sandy Hook. La meta de sus aparatos es reducir a la mitad los delitos en el área que cubran.