Este jueves se lleva a cabo en Caracas, Venezuela, una marcha a favor del presidente Nicolás Maduro. Los partidarios del Gobierno salieron a la calle un día después de la primera movilización opositora desde la autoproclamación del diputado y presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como «presidente encargado» del país.
La manifestación que se realiza en la capital fue convocada por los trabajadores petroleros para demostrar su respaldo al mandatario electo en mayo de 2018 y defender a la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Es que tal como ha manifestado públicamente el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, los EE.UU. buscan apropiarse del crudo venezolano para que sea explotado por sus compañías.
Las demostraciones de fuerza callejera –pacíficas y también violentas– han sido una constante en los últimos años en Venezuela y lo que ha marcado el ritmo de la situación política. Esta dinámica se ha reactivado desde que, el pasado 23 de enero, Guaidó se adjudicó el cargo presidencial.
Es que a pesar del respaldo que pueda lograr a nivel internacional, como ha sido el reconocimiento por parte de EE.UU., una serie de países latinoamericanos y hasta el Parlamento de la Unión Europea (UE), sin apoyo interno su objetivo será difícil de cumplir.Desde esa perspectiva, el Gobierno encabezado por Maduro cuenta con una relativa ventaja. Por un lado, el chavismo está acostumbrado a manifestarse y movilizarse constantemente. Pero, además, porque el Ejecutivo cuenta con el respaldo de un actor fundamental en la política venezolana: la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
El golpe de Estado orquestado por el imperialismo, ha servido para cultivar la conciencia, fortalecer el liderazgo y profundizar la preparación de nuestra #FANB, para defender la soberanía y la constitución. ¡Es Tiempo de Lealtad y de Victoria!
De hecho, una de las principales tareas que se ha dado la oposición es intentar quebrar a los militares. Así lo ha declarado el propio Guaidó y Washington, que a través del secretario de Estado, Micke Pompeo, hizo un llamado a la FANB para que deje de apoyar al presidente.