Por: Luis Córdova
Ya es un logro para el partido morado que, a más de un año del calendario legal, logre realizar unas primarias ante una muda Junta Central Electoral.
La Consulta (no podemos decir que sea ciudadana pues se excluyeron los inscritos en el PRM, PRD y PRSC, que por igual tienen la condición de ciudadanos), se trata en realidad de unas primarias semicerradas, modalidad que en el pasado proceso tanto debate (y miedo) generó, y que ahora brinda la posibilidad de elegir a todos los compañeros, incluso los que ya se fueron.
Al sistema de partidos le hace bien que el PLD logre un proceso sano. A la oposición le conviene que este certamen sea exitoso, de modo que pueden replicar el modelo de “consulta” en caso de ser necesario. Les favorece a los enemigos políticos que los morados puedan determinar, a tiempo, los males que le acechan, de manera soterrada, para reconfiguración del partido de Bosch, para saber temprano si sera o no opción real de poder.
Al partido de gobierno le conviene que el PLD salga fortalecido de ese proceso, pues tendrá una alternativa con quien dialogar, consensuar y equilibrar poder, si es que los demás opositores se consolidan desde la acera del frente.
El próximo lunes hay quienes se fijarán en cuántos fueron a votar, y ese número no debe de importar.
¿Quién ganará? Ante la ausencia de encantos de los candidatos, se impondrá la maquinaria que movilice más votantes. Algunos llaman a eso “dinerazgo”.
Pero a partir del lunes, se extinguen las excusas. Esperemos que el ganador sea el PLD, nos conviene.
