El recogimiento de la Semana Santa disminuirá momentáneamente las tensiones que afectan al PLD y, además, reducirá las presiones a que está sometido el gobierno por parte de sectores preocupados por un alegado deterioro de la institucionalidad del país.
Finalizada la Semana Mayor, a partir del próximo lunes los peledeístas empezarán a vivir horas cruciales y es indudable que su principal desafío será mantener la frágil unidad del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), esencial para seguir en el poder.
Pese a que tiene 6 altos dirigentes en las calles aspirando a la candidatura presidencial, la batalla que se libra en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) enfrenta a seguidores del ex-presidente Leonel Fernández con los del actual presidente Danilo Medina.
La Constitución de la República prohíbe al presidente Medina ser candidato en las elecciones del 2020 y el ex-presidente Fernández se opone abiertamente a que sea reformada nuevamente para permitir que el actual mandatario pueda optar por un nuevo período.
Medina modificó la Constitución en el 2015 para poder volver a ser candidato en las elecciones del 2016, las que ganó de manera holgada al Partido Revolucionario Moderno (PRM) luego de un acuerdo que unificó a las dos partes en conflicto al interior del PLD.
Los seguidores del ex-presidente Fernández inician el lunes su «ofensiva final» de cara al mitin del 5 de mayo en el Estadio Olímpico Félix Sánchez, en la capital, donde ratificarán que cuentan con el apoyo de dos millones de votantes y que no aceptan una nueva modificación de la Constitución.
Seguidores del presidente Medina, en cambio, señalan que la reforma constitucional es irreversible y que el intento se hará a partir de mediados del entrante mes de mayo, con el objetivo de que el jefe de Estado sea el candidato del PLD en las venideras elecciones del 2020.
Hasta este momento las posiciones en el PLD lucen radicales y el temor de muchos de sus dirigentes es que finalmente la organización fundada por el profesor Juan Bosch se divida y pierda el poder en las elecciones del año que viene.
No hay dudas de que el discurso del ex-presidente Fernández en torno al peligro de una nueva reforma a la Constitución exclusivamente para que el presidente Medina pueda volver a ser candidato, ha calado en amplios sectores de la sociedad.
Muchas de las reacciones de empresarios, representantes de la sociedad civil y de las iglesias sobre un alegado deterioro institucional del país, deberían atribuirse al constante discurso del ex-presidente Fernández sobre los riesgos de una nueva reforma constitucional.
El gobierno del presidente Medina ha estado sometido en estos días a fuertes presiones por parte de representantes de sectores que expresan preocupación por el alegado deterioro institucional y las opiniones que más impactan son las de dignatarios de la Iglesia Católica.
Las últimas opiniones del arzobispo de Santo Domingo, monseñor Francisco Osoria; del obispo de Baní, monseñor Víctor Masalles; del rector de la PUCMM, sacerdote Alfredo de la Cruz Baldera, sobre la institucionalidad del país han tenido una gran repercusión en la opinión pública.
Aunque hay la impresión de que sus preocupaciones son exageradas, es irrebatible que «montan» una fuerte presión al gobierno de Medina.
Habría que observar ahora el contenido del discurso que en las próximas horas dirán representantes de la Iglesia Católica a sus feligreses en las diversas homilías con motivo de la Semana Mayor, que tradicionalmente son muy críticos en contra de los gobiernos.
¿Mantendrán desde el púlpito las críticas y quejas por el supuesto deterioro de la institucionalidad del país?.