Hace unos días tuve que ir en horas de la madrugada a un cuartel periférico de la Policía en Santiago.
Era domingo ya, 1:45 am, y fui a investigar lo que ocurría con un amigo detenido en una redada policial.
Me sorprendí cuando llegué porque con la primera persona que me encontré fue con el general Jiménez Reynoso.
A esa hora, 1:45 de la madrugada un domingo, andaba supervisando el trabajo policial en diferentes dotaciones de la institución.
Jiménez Reynoso, director de la Dirección Cibao Central, estaba frente al cuartel de ese populoso barrio observando la labor de sus policías.
Por lo que viví en el tiempo que estuve en ese lugar, la Policía necesita con urgencia rescatar el respeto y la autoridad.
Observé y escuché a muchas personas insultar, irrespetar y lanzar improperios a los uniformados.
Narro esa experiencia porque hoy es Día de San Judas Tadeo, patrón de la Policía Nacional, y debo reconocer el trabajo de Jiménez Reynoso.
Un oficial que trabaja sin descanso y que ha demostrado una gran eficiencia al frente de la Dirección Cibao Central de la uniformada.
El tiempo que Jiménez Reynoso tiene en Santiago es la prueba más fehaciente de la labor efectiva que realiza.
Nunca he ido a su despacho, los hechos hablan por él.







