La intensa labor de promoción de las inversiones que realiza el gobierno en Santiago empieza a perder fuerza, el impacto y el interés disminuyen.
Las obras auténticas de la gestión del presidente Luís Abinader van a buen ritmo, pero al ser grandes proyectos el tiempo está jugando en su contra.
Los funcionarios han sido bien activos promoviendo la gran inversión en el monorriel, el teleférico, el saneamiento del arroyo de Gurabo, rehabilitación de la autopista Duarte, entre otras obras.
Con inusitada frecuencia, Rosa Santos, Andrés Cueto, Ulises Rodríguez, Enrique Romero, Federico Reynoso, Andrés Burgos, Lucildo Gómez, diputados, regidores, entre otros, van a entrevistas a promover esas iniciativas.
Como acaba de empezar un año preelectoral, los funcionarios en Santiago aparentan obligados a ser más creativos e innovadores, incorporando otros temas al discurso oficialista.
Serán obras altamente positivas para Santiago, pero siguen en construcción y la población no empieza a sentir sus beneficios en un año de agresivo proselitismo político.
Relanzar el discurso parece urgente para el oficialismo de Santiago.