En estos días de altísimos e intensos vuelos patrióticos, el gran patriota de Santiago ha estado, extrañamente, desaparecido.
En los diversos homenajes al fundador de la Patria, Juan Pablo Duarte, el hombre que se nos vendió como el gran patriota ha brillado por su ausencia.
Una concurrida ofrenda floral de su propio partido en la estatua del patricio, a escasos metros frente a su despacho en la Alcaldía, y fue el gran ausente.
Dos tuits con mensajes superficiales y, en la práctica, el Ayuntamiento que dirige en una ciudad como Santiago, parece olvidó a Duarte.
El expresidente Leonel Fernández vino al Ateneo Amantes de la Luz a hablar sobre la vida y obra del patricio y la Fuerza del Pueblo (FP) hizo conversatorio en la Alianza Cibaeña.
El gobierno y sus funcionarios, encabezados por el presidente Luís Abinader, llenaron el país de actividades en homenaje a los héroes y mártires de nuestra independencia.
Y, para remachar, los jóvenes seguidores de Leonel se encargaron del más impactante homenaje a Duarte, cuyo éxito aún retumba en la opinión pública.
El gran patriota de Santiago, Abel Martínez, en cambio, se esfumó. El juego, sin dudas, es para Grandes Ligas.