El opositor Partido Revolucionario Moderno (PRM) se estaría dejando arrastrar al terreno del «ala radical» del movimiento Marcha Verde y ha asumido la riesgosa estratega electoral de «tomar las calles» sumándose a movimientos de protestas.
Los resultados de encuestas a las que el PRM, especialmente el mayoritario sector de Luís Abinader, atribuye credibilidad y que señalan que «la gente está cansada de la corrupción y la impunidad», ha hecho que se sume nuevamente a Marcha Verde.
No se trata exclusivamente de su apoyo a la marcha del millón que convoca el movimiento Marcha Verde, sino que el PRM se ha inclinado por unirse a las protestas que se llevan a cabo en pueblos del país en demanda de soluciones comunitarias.
Con las elecciones municipales, presidenciales y congresuales del 2020 cada día más cerca, la nueva estrategia electoral del principal partido de oposición sería un gran riesgo y hasta peligrosa para ganar la simpatía de la mayoría de votantes.
Es posible que ciertamente las encuestas del PRM sostengan que la mayoría de la población está cansada de corrupción y de impunidad, pero eso nunca ha sido garantía de que a la hora de votar se favorezca a quienes políticamente rechazan esos problemas.
El ejercicio del voto en la República Dominicana tiene otras motivaciones y aunque el PRM coloca al gobierno del PLD y del presidente Danilo Medina en una situación difícil con la oposición radical que asume, habría que ver si con eso tendrá resultados en las urnas.
Hay la impresión de que es una postura radical y de alianza con grupos populares y la Marcha Verde del sector que encabeza Luís Abinader, el cual se estima mayoritario en este momento, pero no así del ex-presidente Hipólito Mejía y sus seguidores.
Si realmente el PRM de Abinader se integra y participa activamente en la marcha del millón que convoca Marcha Verde para el 12 de agosto, no hay dudas de que sería un espaldarazo que garantizaría su éxito.
Eso obligaría al gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD) a observar el escenario electoral para el 2020 con mayor ecuanimidad, serenidad, reducir los conflictos internos y privilegiar con urgencia la unidad.
La Marcha Verde se ha debilitado asombrosamente y se atribuye su fragilidad a la forma como el «ala radical» se apoderó de su control, lo que hizo que sectores empresariales, de la Iglesia Católica, de la Sociedad Civil y el propio PRM se alejaran de sus actividades.
Ahora la oposición del PRM al gobierno y al PLD ha dado un radical giro y se suma de nuevos a las protestas de Marcha Verde, lo que no hay dudas de que volverá a sentirse con fuerza ese apoyo en la cantidad de personas que asistirán en lo adelante a sus actividades.
El PRM que encabeza Abinader asume de nuevo el riesgo de dejarse arrastrar al terreno de un aliado coyuntural que es verdaderamente minoritario frente a la fuerza electoral perremeísta, una estrategia que podría ser sumamente negativa de cara a las elecciones del 2020.
Al menos que la población votante del país no haya cambiado radicalmente, la estrategia electoral asumida por el PRM de «tomar las calles» acompañando protestas populares nunca ha dado resultados positivos en las urnas.