Clima de negocios, seguridad jurídica, ubicación y belleza del país cautivan a compradores, incluidas viviendas Hace 15 años, el tema del turismo inmobiliario no era muy conocido en República Dominicana; no se hablaba de él con tanta frecuencia. El hecho de que haya US$10,000 millones invertidos en el sector, es una razón para mencionarlo.
Hace 15 años, el tema del turismo inmobiliario no era muy conocido en República Dominicana; no se hablaba de él con tanta frecuencia. El hecho de que haya US$10,000 millones invertidos en el sector, es una razón para mencionarlo.
Son inversiones colocadas en distintos puntos de la geografía nacional, a través de los quince miembros que posee la Asociación Dominicana de Empresas Turísticas Inmobiliarias (ADETI). Esa organización privada reúne a las principales empresas turísticas inmobiliarias del país, como Cana Rock, Ciudad Destino Cap Cana, Costasur/Casa de Campo, Club Hemingway, Green One Playa Dorada, Grupo Puntacana, Grupo Velutini, Kaynoa, Metro Country Club, Playa Grande Golf & Ocean Club, Playa Nueva Romana, Puntarena, Rincón Bay, Terra RD Partners (gestora de activos de INICIA) y Tropicalia (Organización Cisneros).
En el turismo inmobiliario la inversión extranjera ha sido pieza clave. De la que hay, por ejemplo, en Cap Cana 70 % es americana y canadiense; la otra parte es mixta, entre europea y dominicana.
En los pasados dos años la inversión dominicana se elevó, y que eso haya ocurrido tiene una explicación, desde el punto de vista del presidente de ADETI, Jorge Subero Medina.
“Se trata de dominicanos que han venido buscando una primera vivienda, o dominicanos que comenzaron a hacer inversiones diferentes para hacer esa vivienda, para que un extranjero la compre. Lo han hecho como desarrolladores. Eso significa –concretamente- que muchos dominicanos se han convertido en desarrolladores de viviendas”, le dice el representante empresarial a elCaribe.
¿Y el aporte individual?
El turismo es uno de los pilares de la economía dominicana; eso ha quedado evidenciado en el actual contexto de crisis mundial (por la pandemia de covid-19, y luego con el conflicto Rusia-Ucrania), si se mira que en la recuperación del país, el sector ha sido de gran empuje.
Por ejemplo, en mayo el Indicador Mensual de Actividad Económica registró un crecimiento interanual de 4.8 %, para una variación acumulada de 5.6 % durante los primeros cinco meses de 2022, al compararse con igual período del año 2021. Visto de forma particular, hoteles, bares y restaurantes aumentó 35 % (datos del Banco Central).
Pero ha estado ocurriendo que dentro del turismo general no se ha medido con exactitud el aporte del turismo inmobiliario. ADETI, ha comenzado a ocuparse un poco de la cuestión, y quiere verla desde la llegada del turista al país y la segmentación, cosa que no se ha hecho con desglose todavía, según Subero Medina.
Hasta ahora se mide, por ejemplo, si el turista es extranjero o local y algunos otros aspectos. O sea, no se tiene cuantificado cuánto es inmobiliario del turismo que viene a República Dominicana.
El nombre de turismo inmobiliario no es muy común. En México y España le llaman turismo residencial. Subero Medina reconoce que, en sentido general es muy complejo hacer la medición, especialmente porque si una persona compra una propiedad o un lote para hacer su casa, no resulta fácil determinar cuánto dinero invierte el propietario para construir. Esto, a pesar de que es una propiedad que se construye comprando material en este país y usando obreros, arquitectos, ingenieros y posteriormente personas que se contratan para dar mantenimiento y cuidar la vivienda.
En República Dominicana, Cap Cana se ha convertido en un destino para turismo inmobiliario y viviendas de descanso; obedece a muchos factores.
Cap Cana inició como un destino, con un master plan de una ciudad planificada. Era algo así como poseer una tierra en blanco y con esa tierra se planificó qué iba en cada sitio, y siguió evolucionando.
En 2007 y 2008 lo que se veía por allí era el tema de una segunda vivienda y poco del tema hotelería. Después de la crisis, que fue inmobiliaria y financiera a nivel internacional, se tornó el tema de hotelería de todo incluido de alto lujo.
En ese momento la hotelería subió de nivel y fue cuando Cap Cana volteó un poquito dentro, para que se desarrollaran hoteles. Ya luego, cuando llegó la pandemia de covid-19, en 2020, se convierte en espacio “de primera vivienda”.
“Mucha gente comenzó a analizar que si tiene tecnología y puede vivir en lugares amplios, este lugar es una excelente opción en República Dominicana”, rememora Jorge Subero, que es a la vez presidente ejecutivo de Cap Cana.
La cercanía que se tiene con la capital, tecnología e infraestructura, ha posibilitado que Cap Cana se convierta no solo en un lugar para segunda vivienda, sino ya para primera vivienda, para una parte importante de personas, asegura.
Adicionalmente, la interconexión que se tiene con Europa y Estados Unidos hace posible que muchos inversionistas de Cap Cana vengan a vivir cuatro, cinco y hasta seis meses al país. Cap Cana es una ciudad organizada, sin problemas de caos, ni tapones, ni nada de aquello que en las grandes ciudades ha estado generando estrés desde hace años.
“Esa organización es el fruto de la planificación y de haber desarrollado con un master plan que respeta regulaciones internas, no solamente estatales (del gobierno), sino internas. Y esas regulaciones tienen control hasta del peso de los perros, los vecinos, y todo lo demás”, explica Subero Medina.
Por ejemplo, si en Cap Cana se está en un campo de golf, que es un área de baja densidad, ahí no se permite tener muchos condominios o casas muy pegadas. Los linderos están establecidos y eso evita ocasionar un estrés en el área. Todo se hace con planificación y respeto a esa planificación.