Por: Luis Córdova
El gobernante PRM ha estado bastante cómodo en cuanto enfrentar una “fiera oposición”.
El presidente -no su partido- supo extender por casi un año la luna de miel desde su elección. Aunque se criticó la profusa exposición a los medios, el tiempo le ha dado la razón: sabía que sus compañeros, aunque eficaces en el ataque, harían un burdo papel en la defensa. Una economía enferma por la pandemia, con sectores agónicos por todo el mundo, postergó la irrupción de la agenda política.
¿Quién encabeza la oposición?
Anterior a esta pregunta está la de ¿a quién le hace oposición la oposición?
El PLD, tuvo bastante de qué ocuparse con los procesos judiciales que anunciaban vientos aunque no llegaron a tempestades; el largo silencio de su líder -Danilo- y el incesante éxodo que aun no se ha detenido ni la elección de su candidato.
La Fuerza del Pueblo ha estado concentrada en su única tarea posible: crecer. La prudencia proverbial de Leonel les hace cautos para enfilar cañones, sabe por su experiencia como mandatario y como opositor, que es muy temprano para exclamar el grito de guerra, por eso propone colaboración y sus ruedas de prensa, hasta ahora, critican ejecutorias y no funcionarios.
El esfuerzo de las lides moradas parece desesperado en batir olas para crear confusión: popularizar antiguos videos con figuras notorias de la política y el espectáculo en supuesto respaldo al aspirante presidencial del PLD, así como el aclamado retorno de personas a ese partido, es una pésima señal.
Que el PLD deje de lado su rol opositor al gobierno para ir tras Fuerza del Pueblo, es el mismo camino que en ruta hacia su destrucción recorrieron el PRD y el PRSC.
Quien entienda lo contrario no debe ir muy lejos, pues como dice Debasish Mridha, “el universo es tu espejo”.
