El alcalde de Santiago, Abel Martínez, vive su peor momento político y la grave denuncia sobre irregularidades hecha por el opositor PRM le obliga con urgencia a «despejar dudas» para que su imagen y la de su administración no terminen «rodando por el suelo».
La primera reacción del alcalde Martínez a través de tres funcionarios de la Alcaldía sobre la denuncia del Partido Revolucionario Moderno (PRM) no llena las expectativas porque con «palabras y descalificaciones» no se desmontan los hechos denunciados.
Por medio de los funcionarios Héctor Ramírez, Raffy Ceballos y Fernando Ramírez, el alcalde de Santiago ha vuelto a involucrar a un sector de la prensa en una supuesta campaña «de infamias» y se limita a negar la grave denuncia hecha por el PRM.
La contundencia de la denuncia sobre el manejo irregular de más de mil millones de pesos que debieron ser invertidos en la construcción de obras, ha tenido un resonante impacto en la opinión pública y en ella intervinieron los cinco regidores que tiene ese partido en la Sala Capitular.
Había dudas de que los concejales Cholo De Oleo, que es el vocero, Nelson Marmolejos, Nelson Abreu, Deisy Díaz y Amarilis Baret finalmente participaran en la denuncia de su partido en contra del alcalde Martínez porque supuestamente algunos de ellos tienen compromisos con el funcionario.
En su gestión iniciada el 16 de agosto del 2016, el alcalde de Santiago no había «vivido» una situación política peor que la de este momento. Por primera vez la oposición asume directamente las denuncias de corrupción en la Alcaldía de Abel Martínez.
Aunque hace varias semanas el regidor del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Rafael -Papito- Cruz, advirtió sobre las obras del Presupuesto Participativo que no se construyeron en el 2018, la denuncia del PRM es la que ha causado el gran revuelo que empaña la imagen del alcalde de Santiago.
En la administración de Abel ha habido varios escándalos de corrupción, pero el funcionario siempre se colocó a la ofensiva y llevó al menos dos casos a los tribunales de justicia, aunque se quedaron en total olvido. Ahora la situación es diferente.
Esa vez la denuncia del PRM coloca al alcalde «a la defensiva» políticamente y llama poderosamente la atención la forma apresurada en que su administración hizo una rueda de prensa para responder sin presentar pruebas fehacientes que desmonten las irregularidades denunciadas.
Hay la impresión de que si el alcalde de Santiago no logra desmontar esa denuncia «con hechos irrebatibles», la misma terminará afectando aún más la imagen política del abogado y alto dirigente del PLD, Abel Martínez Durán.
Sin embargo, habría que ver si la denuncia del principal partido de oposición no es «simple politiquería» del momento. Si el PRM asume como discurso constante las irregularidades denunciadas en la Alcaldía, la situación del alcalde de Santiago será cada día peor.
No se explica por qué el alcalde Martínez insiste en involucrar a un sector de la prensa en las denuncias en su contra porque eso en nada le dará resultados positivos. Por el contrario, eso le agudiza las dificultades que atraviesa.