Kenia decidió aplazar el envío de policías a Haití, asolado por la violencia, previsto como parte de una misión internacional respaldada por la ONU, informó el martes un alto funcionario de la cancillería.
Korir Sing’oei, secretario principal de Relaciones Exteriores del país africano, declaró a AFP que se produjo un «cambio fundamental en las circunstancias como consecuencia de la ruptura total de la ley y el orden y la posterior dimisión del primer ministro de Haití».
El lunes por la noche, Ariel Henry anunció que abandonaba el poder de este país, sumido en el caos por los enfrentamientos entre la policía y bandas armadas.
Tanto las bandas como una parte de la población reclamaban su dimisión.
«Sin una administración política en Haití no hay ningún anclaje sobre el que pueda descansar un despliegue policial, por ello el gobierno esperará a que se instale una nueva autoridad constitucional en Haití, antes de tomar más decisiones al respecto», añadió.
No obstante, el funcionario aseguró que Kenia sigue comprometida a «proporcionar liderazgo» a la misión internacional, aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU en octubre.
En respuesta al anuncio de Kenia, Estados Unidos afirmó que no veía la necesidad de retrasar la misión.
«Por supuesto, me preocuparía cualquier retraso, pero no creemos que sea necesario un retraso», dijo a los periodistas el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
En las últimas semanas, la crisis de seguridad en Haití se volvió aún más violenta, con cadáveres en las calles, saqueos de las infraestructuras básicas y el creciente temor a una hambruna.
Kenia decía estar dispuesta a enviar un millar de policías a Haití, pero este proyecto se enfrentó a múltiples obstáculos jurídicos en el país africano.