La motivación de los jóvenes dominicanos en convertirse en licenciadas en bioanálisis ha ido mermando en comparación con décadas pasadas, mientras se incrementa en el país el surgimiento de ofertas de cursos técnicos en flebotomía o toma de muestra de sangre, cuya duración de tres meses compite con los cuatro años de formación que amerita la carrera a nivel de las universidades.
Esto ha desatado preocupación entre los directivos del Colegio Dominicano de Bioanalistas (CODOBIO), encabezado por su presidenta María Esther Santos, por lo que mantienen la firme decisión de no avalar esos cursos ni reconocer a ese personal egresado de formación técnica como miembro del colegio, cuyos requisitos incluyen tener título y exequatur.
Con el paso de los años, al menos dos de las primeras escuelas de bioanálisis de universidades privadas cerraron sus puertas en el país, como son las de las Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) y la de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM).
No obstante, la carrera se imparte en otras cinco universidades, siendo la de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), con extensiones en varias provincias, la que sigue manteniendo el lugar preponderante en esa formación, donde actualmente cursan estudios 3,000 estudiantes.
Además de la UASD, la carrera de licenciatura en bioanálisis la ofrecen la Universidad Central del Este (UCE), Universidad tecnológica del Sur (UTESUR), Universidad Católica del Cibao (UCATECI) y la Universidad tecnológica del Cibao (UTECO).
95% mujeres
El 95 por ciento de las bioanalistas en el país, son mujeres, por lo que sólo cinco de cada 100 profesionales son hombres. Esa realidad se observa también en las universidades, donde en una aula de 35 estudiantes, sólo dos son de sexo masculino, revela la directora de la Escuela de Bioanalisis de la UASD, licenciada Mirna Novas.
El CODOBIO registra unas 9,0000 afiliadas dentro de su membresía, pero sabe que son más las profesionales del laboratorio clínico, por lo tiene previsto llevar a cabo un censo que le ofrezca la cantidad real, saber cuántas cuentan con maestrías, con especialidades, donde están y las condiciones en que viven, reveló Santos en entrevista con Listín Diario.
Personal poco valorado
Este 9 de mayo el CODOBIO cumple 55 años de fundado, y su presidenta reconoce muchos avances y logros en el desarrollo del servicio del laboratorio clínico en el país, pero lamenta que la bioanalista sigue siendo un profesional poco valorado, pese a que juega un papel preponderante, como parte de la triada de la salud, junto al médico y la enfermera.
Santos explica que la mayoría de las bioanalistas prefiere laborar en el sector público porque es mejor remunerada. El sueldo de una bioanalista en la red pública es de 40,530 con menos horas de trabajo a la semana, mientras en los laboratorios privados ronda los 24,500 pesos con más horas laborales.
Dice que hay alto desempleo y que una muestra de ello son los cientos de solicitudes de nombramiento que recibe el CODOBIO y que también muchos profesionales emigran en busca de mejores condiciones de vida. “Muchas tienen dos y tres empleos, lo que afecta su calidad de vida, mientras otras esperan ser pensionadas, algunas de ellas viviendo con enfermedades”, lamenta.
Entre sus demandas a las autoridades figuran aumento salarial, que se aprueben pensiones dignas; que se le apliquen incentivos por tiempo y distancia; aplicación del salario 14 y que se hagan nivelaciones y clasificación de puestos.
Desmotivación
La presidenta de CODOBIO señala que a pesar de tener cinco universidades que imparten bioanalisis, la realidad es que hay desmotivación en cursar la carrera a nivel universitario.
“Estamos afrontando una situación bastante compleja y es que en los últimos años han surgido institutos donde están ofertando cursos de flebotomía y cursos técnicos de tres meses, donde solamente se exige certificado de bachiller”, alertó.
Informó que el CODOBIO se ha reunido con diferentes universidades y autoridades para ponerle un freno a eso, porque la ley que crea el Colegio de Bioanalistas dice que para poder ejercer se debe estar titulado de bioanálisis y estar dotado de un exequátur, por lo que esos cursos no están avalados por ellos.
Dice que le preocupa, porque es bien conocido que es en la toma de muestra que se inicia el proceso y es esencial para obtener un resultado confiable y certero.
La Escuela de Análisis Clínico de la UASD se creó en el año 1960. En 1965, el Movimiento Renovador Universitario cambia la currícula y el título del egresado es de Tecnólogo Médico. En el año 1977 la escuela revisa de nuevo el currículo y lo transforma en Licenciatura en Bioanálisis.
Actualmente, la universidad trabaja en el rediseño curricular por competencias, explica la profesora Mirna Novas, directora Escuela de Bioanálisis de la UASD, donde actualmente unas 3,000 estudiantes cursan la carrera de bioanálisis, en la sede central y sus recintos en el interior del país.
Aunque aseguró estar preocupada por la oferta de cursos técnicos que se están registrando, entiende que la profesión ha tenido una evolución favorable, con la apertura de diferentes campos de trabajo, fuera del laboratorio clínico.
Dice que existe la creencia de que el bioanalista es para analizar sangre, orina y heces, pero hay un gran campo de trabajo para ese profesional en diferentes áreas, como microbióloga, en la industria, el renglón administrativo, en casas comerciales para vender reactivos y equipos, en análisis de agua y control de calidad, entre otros.