Las vallas informan, subliminalmente, la despedida del decano de los diputados dominicanos.
Empiezan a aparecer en la Circunscripción Uno, de Santiago, con las fotografías del nieto y el abuelo.
El joven concejal, Max Castro, es el heredero seleccionado para intentar ampliar sus triunfos electorales.
Treinta y ocho años de presencia ininterrumpida en la Cámara de Diputados es un hito en la historia política del país.
Aunque en otros períodos insinuó que no aspiraría más, al final terminó siendo candidato triunfante.
En 1986, cuando el arrastre del voto, apareció por primera vez en la boleta de su PRSC, sin circunscripciones electorales.
Hizo la transición de manera exitosa y con voto preferencial y circunscripción, ha sido un indiscutible triunfador.
Siempre leal a su partido, se da el lujo de tener certificados de elección en boletas electorales encabezadas por su PRSC, el PLD, el PRD y aliado a la Fuerza del Pueblo (FP).
Máximo Castro Silverio es un ícono de la política local y nacional.
Excelente ser humano, leal amigo, de trato afable, conciliador, solidario y un militante de finas destrezas y habilitades políticas.
El decano, esta vez sí, se despide luego de 38 años de éxitos electorales.