150 pasajeros abordaron un «vuelo a ninguna parte» de la aerolínea australiana Qantas.
El avión, un Boeing 787 Dreamliner normalmente usado para viajes internacionales, despegó de Sídney, sobrevoló durante 7 horas algunos paisajes pintorescos australianos en el Territorio del Norte y los estados de Queensland y Nueva Gales del Sur y volvió a aterrizar en su aeropuerto de origen.
Los boletos salieron a la venta en septiembre con un costo de entre 527 a 2.754 dólares y se agotaron en diez minutos.