Percibo muy remotas las posibilidades de que Abel Martínez sea candidato presidencial del PLD en 2028.
El exalcalde de Santiago anda envalentonado, desafiante y decidido a echar un pleito que creo tiene perdido.
Imagino que él sabe que la coyuntura política del 2024, es muy diferente al actual momento que atraviesa el partido morado.
Además, en la campaña del 2024 la dirigencia morada tuvo la oportunidad de descubrir un temperamento de Abel que era desconocido.
En la actualidad, además, tengo la impresión de que la alta dirigencia peledeísta tiene «bajo sospecha» a su excandidato presidencial del 2024.
Su torpe manejo cuando concluyeron las elecciones del 2024 y su tímida oposición al gobierno del PRM, han destapado legítimas preocupaciones en un influyente sector del PLD.
¿Recuerdan cuando intentó lleva al reelecto presidente Luís Abinader a la Casa Nacional del PLD sin ni siquiera consultar al Comité Político?
En el partido fundado por Juan Bosch se manejan informaciones muy precisas sobre Abel y un poderoso sector del actual gobierno.
Aún así, estoy convencido de que los aprietos en que se encuentra actualmente son el resultado de su falta de pericias políticas.
En la política vernácula, el que pierde intenta arrebatar y casi siempre se culpa a otros de los fracasos.
Dudo que Abel se quede de brazos cruzados en el PLD.