El estridente S.O.S. emitido por el Lcdo. Pelegrín Castillo, respeto a la ignominiosa apuesta de los enemigos jurados de nuestra integridad territorial, de nuestra dominicanidad, de nuestros sacros valores cristianos y de nuestra identidad como pueblo y nación soberana a que no somos nación con un pueblo unido capaz de luchar…!, es un reto que tenemos que asumir con el Padre de la Patria, que nos exige preservarla para la generación venidera o renunciar al ideal de figurar en el tribunal de la historia con el honor de hombres libres, fieles y perseverantes.
En el presente caso, el S.O.S. es un impostergable llamado a salvar nuestra Patria. Por esto, con precisión milimétrica, el Lcdo. Pelegrín Castillo puntualiza: “Si RD ha de sobrevivir como estado nacional, dependerá de la unidad, conciencia y movilización de su pueblo, con la Gracia de Dios, que deberá demostrar en todos los terrenos, mediante una lucha nacional de resistencia sin precedentes, que es una nación con derechos inalienables, con bases republicanas, y no la finca con pasaporte de unos pocos dueños criollos y extranjeros”. Conforme a esta contundente declaración salvar nuestra Patria es un irrenunciable compromiso de todos.
Los que !Apuestan a que no somos nación con un pueblo unido capaz de luchar…! tienen a su favor, no sólo a los nativos indignos de la nacionalidad dominicana y la ausencia de firmeza con que se han encarado las deleznables agendas de supra-órganos internacionales que, en aras de sus malsanos objetivos no les importa se cubra de sangre la totalidad de la isla; también tienen el impulso de una siniestra posverdad, que es una inminente amenaza para los pueblos, sus democracias y sus instituciones. Esta maligna posverdad tiraniza y asfixia todo aquello que visualiza y tabula como obstáculo de su maléfica agenda cargada de antivalores, ambiciones desorbitadas y procedimientos contra-natura. Para esta posverdad no importa si los hechos son verdaderos o falsos, porque en la manipulación de la opinión pública reside la imposición de su “verdad”.
El accidente geopolítico derivado de multitud de contingencias entre potencias europeas durante los siglos XVII y XVIII hoy hace metástasis como tragedia histórica sobre esta isla de Santo Domingo, porque es el causante de la existencia de dos naciones imposible de fusionar en una sola como pretende esa mal llamada comunidad internacional que, en lugar de exaltar la identidad de los pueblos, afirmar su fe y respetar sus fronteras hace exactamente lo contrario. En este sentido, recomiendo releer el 2-3 de estas entregas En sintonía con el Lcdo. Pelegrín Castillo, porque RD y Haití son las aves referidas; pero esto parece no importar a los conjurados e infames fusionistas.
El más elemental y honesto recorrido histórico sobre la isla de Santo Domingo en el segmento temporal 1801-1856 muestra al instante la tragedia histórica en la que derivaron los conflictos entre potencias europeas durante los siglos XVII y XVIII, tragedia que para la parte oriental ha tenido y tiene un costo imposible de cuantificar. Significa esto, que estamos obligados a compartir la isla en calidad de habitantes cercanos, no vecinos. Es y será de esta manera porque es Haití quien ha demostrado y sigue evidenciando, que no somos ni seremos vecinos porque, entre otras credenciales vecindad conlleva sentido de gratitud, de respeto a la propiedad ajena, solidaridad, nobleza, herencia común y otros. En este sentido procede preguntar:
¿Es nuestro vecino quien activamente persiste en adueñarse de nuestra República?
¿Es nuestro vecino quien suprime nuestro idioma y pretende cercenar nuestra fe?
¿Qué significan las cuatro grandes campañas militares de 1844, 1845, 1849 y 1855 rechazando la bota opresora?
¿Qué significan las crueles invasiones de 1805 y 1804?
¿Qué significa el Degüelle de Moca y los horrendos crímenes, devastaciones e incendios provocados en poblaciones nuestras en 1805?
¿Qué significan las constantes amenazas sobre la integridad de nuestra RD causadas por hordas de un Estado fallido?
¿Qué significa la inducida e irresponsable migración de nacionales haitianos hacia nuestro territorio?
¿Qué significa la irresponsable canalización del río Masacre, violando cuantas normas internacionales regulan el manejo de las aguas inter-territoriales?
De dos prestigiosos medios de comunicación transcribimos lo siguiente:
“Oportuno es apuntar que el reino del crimen, terror y saqueo a que sometieron esta parte de la isla en 1801, 1805 y la desastrosa ocupación de 1822 al 1844 no solo ocasionó daños personales y materiales. Esas invasiones y el estado de zozobra y amenazas permanentes a que Haití sometió a esta parte de la isla forzaron la emigración de muchos de nuestros mejores hombres y familias en búsqueda de una tranquilidad y seguridad que les fue arrebatada aquí”. Diario Libre abr. 03, 2014.
En ese mismo orden el insigne maestro Eugenio María de Hostos afirmo: “La lucha que sostuvo el pueblo dominicano contra Haití no fue una guerra vulgar. El pueblo dominicano defendía su independencia, su idioma, la honra de la familia, la libertad de su comercio, mejor suerte para su trabajo, la escuela para sus hijos, el respeto a la religión de sus antepasados, la seguridad individual.
Más claro, ni el agua.
Los esfuerzos de la Organización de las Naciones Unidas –ONU- por resolver o ayudar a resolver la situación del fallido Estado haitiano han sido permanentes. El apoyo que en todos los órdenes se han implementado son igualmente incuantificables. Cabe destacar, que las recomendaciones de la Mission en Haití 1939 fueron depositadas en el Congreso USA mediante informe @FESS del 2005.
La conjunción de esfuerzos y voluntades del CARICOM nada ha significado para detener el vertiginoso descenso hacia el abismo que lleva el fallido Estado haitiano, bajo el control casi absoluto de bandas criminales que asesinan a mansalva y de líderes ex – convictos por conciliábulo con el crimen organizado y el narcotráfico. Estos “lideres” declaran públicamente, que ningún gobierno surgido de la intermediación del CARICOM tendrá su aceptación ni reconocimiento.
Por todo lo anterior y multitud de situaciones que obviamos evidenciar, pregunto:
¿Tiene solución dominicana ese problemazo con el cual la comunidad internacional tiene 75 años luchando infructuosamente?
¿No saben o no quieren saber, que las dos naciones que inútilmente pretenden fusionar en una sola son de las más irreconciliables del planeta?
¿Lo que no pudo lograr la ONU a través de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití –MINUSTAH- ni la Comunidad del Caribe –CARICOM- se podrá lograr mediante la fusión imposible?
No obstante a los intentos abortados, las naciones hegemónicas no renunciarán a la solución dominicana para la desgracia que ellas mismas crearon. Por esta razón, mediante su incidencia en agencias claves de la ONU, el 30 septiembre 2021 se lee en Noticias ONU:
Cuatro agencias de las Naciones Unidas piden a los países de América no expulsar a los haitianos antes de evaluar sus necesidades de protección. Abogan por vías migratorias regulares y afirman que las condiciones de Haití no son propicias para los retornos forzados. “El derecho internacional prohíbe las expulsiones colectivas”.
Posteriormente, en marzo 2024, de la misma ONU fluye la siguiente declaración:
Ningún haitiano debería ser devuelto por la fuerza a Haití mientras las condiciones en el país presenten un riesgo real de daños graves y abusos contra los derechos humanos. Tales retornos por parte de los vecinos de Haití equivalen a una devolución violatoria del derecho internacional.
Con tan descabelladas y absurdas manifestaciones la ONU degrada nuestra soberanía en la madriguera preferida de tanto salvajismo, tanta conducta incivilizada, de tantos portadores de insalubridad y de subniveles tan espantosos de educación. Tan repugnante y réprobo este nivel de injerencia, que personalidades y estadistas extranjeros se han movido a emitir juicio de valor en defensa de nuestro país. En este sentido el ex – presidente uruguayo Julio María Sanguinetti declara: “Lo que no puede admitirse es que Haití, escudado en su pobreza se arrogue el derecho de lanzar a miles de sus ciudadanos por encima de sus fronteras y luego exigirle a su vecino que se haga cargo”.
La malsana intención de naciones hegemónicas a través de su incidencia en agencias claves de la ONU respeto a la fusión imposible pasó de probable a axiomática; por tanto, ha llegado el momento en cual los verdaderos dominicanos aceptamos como un reto las apuestas a que no somos nación con un pueblo unido capaz de luchar.
RECOMENDACIONES:
Porque a grandes males grandes remedios, las presentes son sólo algunas recomendaciones de las cientos y cientos que pueden formularse; pero son suficientes para mostrar a los enemigos de nuestra República Dominicana que “apuestan a que no somos nación con un pueblo unido capaz de luchar”, que sí somos una nación con un pueblo resuelta de defender su integridad territorial, su identidad, sus valores, su idioma y su carácter como nación soberana.
Las presentes recomendaciones son correspondientes con la dimensión y naturaleza de las amenazas; amenazas que están ahí, latentes y progresivas a la vista del mundo civilizado.
Que en todos los niveles del Sistema Educativo Dominicano se imparta la asignatura Historia Dominicana enfatizando la importancia y necesidad de conservar nuestra integridad territorial, nuestros valores patrios y trascendentes, y nuestra identidad como nación soberana.
En todos los niveles de la educación preuniversitaria los docentes de la asignatura Historia Dominicana tienen que ser dominicanos de origen y nacimiento.
La residencia y ciudadanía dominicanas por vía conyugal se otorgarán, respectivamente, a los cinco (5) y diez (10) de haberse realizado el vínculo matrimonial.
Destacar y exhibir los símbolos patrios en todos los recintos de la República, especialmente, en la generalidad de las instituciones educativas públicas y privadas.
Definitivamente, CERO parturientas haitianas en RD. En este sentido, construir dos centros materno-infantil en La Frontera, con la puerta de entrada del personal en el lado RD, y las puertas de salidas de parturientas en el lado Haití.
Preparar con el mayor rigor patriótico al personal diplomático, desde tercer secretario hasta embajadores, de tal manera, que histórica y geopolíticamente estén en capacidad de defender la República en todo tiempo, en todo escenario y bajo cualesquier circunstancias.
Involucrar a los partidos políticos mayoritarios a ser parte militante del cuidado de La Frontera. Una excelente oportunidad para mostrar el amor por la Patria. La participación sería dignamente remunerada.
Regular drásticamente el uso de mano de obra haitiana en todas las áreas de producción agrícola, en la construcción y todas las compañías de seguridad privada.
Restringir al máximo la concesión del visado dominicano.
Dar seguimiento a los millares de estudiantes universitarios extranjeros favorecidos con visas de estudiantes. Éstos, en elevado porcentaje, permanecen irregularmente en el país luego de finalizar sus respectivas carreras.
Hacer más riguroso para extranjeros todo proceso de adquisición de propiedades inmuebles.
Prohibir del modo más categórico a todas las compañías de seguridad privada la contratación de extranjeros cuyo desempeño conlleve porte de arma de fuego.
En caso de ciudadanos extranjeros, sólo otorgar licencia de conducir vehículos de motor, en la categoría que fuere, a quienes tengan un mínimo de cinco años de residencia legal en el país.
Prohibir con carácter definitivo la presencia de todo extranjero, que en calidad de vendutero obstruya cualquier vía pública en cualquier área del territorio nacional.
Que el Instituto Duartiano participe en la preparación de todos los programas de Historia Dominicana del nivel pre-universitario en el Sistema Educativo Dominicano.
Que los poderes orgánicos y fácticos del Estado sean más consistentes en el uso de los símbolos patrios.
Duplicar o triplicar el personal de la Dirección General de Migración para que haga un trabajo a la altura de las circunstancias.
Sancionar y castigar del modo más ejemplar al personal militar o civil que incurra en actos contrarios a la integridad de la República.
Declarar necesidad nacional el servicio militar obligatorio, especialmente, para ciudadanos dominicanos residentes en La Frontera.
Categorizar con responsabilidad penal toda contratación indefinida de personas con situación migratoria irregular.
Dotar a las provincias fronterizas de todos los bienes y servicios que adecentan la vida humana: hospitales, escuelas, centros deportivos y de diversión, fuentes de trabajo, viviendas.
Los descendientes de extranjeros que aspiren ingresar a nuestras FF.AA. y a la PN para servir en cualquiera de sus capacidades, serán de tercera generación en adelante.