No creo que exista una campaña que intenta empañar la gestión del alcalde de Santiago, Ulises Rodríguez.
Sin embargo, admito que el jugoso negocio de la basura desata los demonios en los Ayuntamientos.
Empresarios que pelean, presionan y hacen ofertas tentadoras para alzarse con contratos millonarios para la recogida de desechos sólidos.
Aún así, por la timidez que observo en la oposición política, dudo que haya una campaña para dañar la actual administración municipal.
Las críticas que leo y escucho me parecen muy dispersas y son sobre una variedad de responsabilidades de la Alcaldía.
Ulises ha demostrado que es una persona prudente, no se altera y responde las críticas con cautela y hasta sonriente.
No debería abandonar ese estilo que le ha dado muy buenos resultados como dirigente político.
Por experiencia, supongo que el alcalde de Santiago sabe con precisión que las críticas a su gestión se irán incrementando con el paso de las semanas y los meses.
Percibo que la alegada campaña contra la Alcaldía, es un enfoque equivocado de los que lideran la actual administración municipal.
Lo razonable es que Ulises no abandone la moderación y la prudencia.