¿Están, por fin, en desuso los mítines y caravanas en las campañas electorales?
Cuantiosos gastos para candidatos y partidos y dudosos resultados en incidencia en los votantes.
Hoy día aparenta que esas grandes concentraciones políticas están obsoletas.
Ciertamente, en las recientes elecciones municipales se usaron esas movilizaciones de masas.
Con precisión, no se sabe actualmente si es que liderazgo político se convenció de la poca utilidad de mítines y caravanas o si es que los recursos económicos brillan por su ausencia.
El problema está, particularmente en la oposición, en que no se observa el trabajo proselitista que sustituye las movilizaciones en las calles.
Lo que se percibe es una campaña electoral insulsa, fría y la oposición muy tímida.
Sin los cautivantes mítines, las motivantes caravanas, concentraciones y grandes movilizaciones de votantes.
Peor aún, sin creatividad y el confort tragándose a la oposición.