El partido que gobierna, el PRM, obtuvo un importante triunfo en las elecciones municipales.
Eso es irrebatible.
Es, además, una constante que el partido en el poder gane comicios de medio término, que ahora son tres meses antes que las presidenciales.
En un sistema político extremadamente clientelar, no debería ser sorpresa ese resultado electoral municipal a favor del PRM.
El domingo se demostró que el PLD sigue siendo una estructura política dirigencial bien fuerte, pero desconectada de la población votante.
Acudieron a votar sus militantes, simpatizantes, familiares y amigos, pero la ciudadanía aparenta continúa de espalda al partido morado.
La Fuerza del Pueblo (FP) demostró, en cambio, que le falta mucho camino por recorrer para ser una estructura partidaria amplia, sólida, efectiva y eficiente.
En esas complejas elecciones municipales, diferente a la presidencial, se necesita contar con un ejército de dirigentes y militantes de una enorme dimensión.
El PRD demuestra que está cada día más disminuido por los estragos de los golpes que le ha dado el partido en el gobierno, el PRM.
Los tres, el PLD, la FP y el PRD, es la verdad, no tenían dinero para competir en las urnas con un PRM gobernante.
A mí particularmente no me sorprendió ese triunfo electoral del PRM.
Habría que ver ahora si ese golpe que recibió la oposición se repite el 19 de mayo.