Hoy día es difícil analizar objetivamente un hecho político con fuerte impacto en la población votante.
Las pasiones e intereses, lamentablemente, están desbordados y el debate está afectado por una inusual intransigencia.
La alianza que acaban de dar a conocer el PRD, la FP y el PLD tiene aspectos, indudablemente, de gran interés político.
Para mí, el pacto no es sorpresa, aunque sí me sorprendió su amplitud para ser una primera etapa, pues toca lo municipal, congresual y presidencial.
Desde mi punto de vista, la mayor relevancia política es el rápido reencuentro entre los altos dirigentes que se dividieron a finales del 2019, el decir, el PLD.
Creo que el hecho de que tres de los cuatro partidos mayoritarios vayan aliados, obliga al PRM y al gobierno a redoblar sus esfuerzos reeleccionistas.
Hay, además, dos aspectos de gran impacto en esa alianza: 1-las conversaciones siguen abiertas, 2-la decisión en relación a las elecciones presidenciales.
El acuerdo de apoyar al que quede en segundo en las presidenciales del año que viene, provocará que entre la FP y el PLD se desate una «batalla sin cuartel» por la clasificación.
A partir de ahora, la FP y el expresidente Leonel Fernández tendrán que demostrar que realmente tienen un 30 por ciento en las encuestas y que siguen subiendo.
El PLD y Abel Martínez, que indudablemente están en las calles de manera intensa, tendrán que demostrar que son ellos que están en segunda posición y que continúan creciendo.
Como los pactos electorales forman parte de los procesos políticos, estimo que el PLD, la Fuerza del Pueblo (FP) y el PLD han actuado de manera correcta.
Esas alianzas únicamente las critican los que se siente afectados, eso ocurrirá también cuando el PRM de a conocer su pacto con otras fuerzas políticas.
En mi opinión, el resultado electoral municipal poco importa en esa alianza opositora.