Su sencillez, humildad y sensibilidad social y humana, son de las prendas que lo distinguen como un periodista y ciudadano ejemplar.
Discreto, tímido, solidario y bondadoso, es un paradigma de superación personal.
Llegamos a la redacción de La Información con apenas meses de diferencias, pero ya él era un veterano corresponsal periodístico y yo un egresado universitario sin nada de experiencia.
Vino del lejano Montecristi a Santiago en busca de seguir el camino de la superación, yo llegué del cercano Tamboril.
Con su proverbial desinterés, me ayudó, me adiestró y me orientó hasta sobre la forma como debía redactar informaciones difíciles.
Tengo un especial respeto, admiración y agradecimiento a Ignacio Guerrero, un excelente periodista y mejor ser humano.
Su sensibilidad social lo llevó al periodismo y ya con una larga trayectoria, fue a las aulas universitarias a estudiar Comunicación Social para dar ejemplo a sus hijos de superación constante.
Me sorprende que Ignacio Guerrero siempre prefiere la parte positiva de las cosas y permanece fiel a sus ideales de la juventud.
Es un profesional en el sentido pleno de la palabra, pero la parte humana del ser solidario, amigo y colaborador son sobresalientes en él.
Me encanta su redacción limpia, sobria, elegante, aguda y con una sólida coherencia, lo que pone de manifiesto su amplia cultura general.
Ejerce el periodismo con sencillez y vive absolutamente alejado del protagonismo.
Gracias Nacho y mi gratitud eterna.