Por primera vez, percibo al gobierno y al PRM perdiendo empuje, dinamismo y efectividad.
No conozco datos de encuestas, pero supongo que la imagen y confianza también están descendiendo.
Me llama la atención que eso ocurra apenas seis meses después de un segundo triunfo electoral tan contundente.
El PRM sencillamente barrió en las elecciones presidenciables y congresuales del 19 de mayo de este año.
A partir del 16 de agosto, fecha de juramentación del reelecto presidente Luís Abinader, ocurren una serie de hechos que no caen bien en amplios sectores de la población.
En política, las simpatías electorales se pierden con una asombrosa facilidad.
En la actualidad, observo al gobierno y al PRM perdiendo fortaleza y credibilidad en la ciudadanía que lo apoyó fuertemente en las urnas.
Creo que la administración Abinader debería sacudirse, renovarse y tomar urgentes medidas que impacten positivamente a la población.
Eso debería incluir remenear la mata entre sus altos funcionarios.