Uno de los puntos luminosos de la novel Alcaldía de Ulises Rodríguez es el bacheo de calles de la ciudad de Santiago.
En ese aspecto, un aplauso a Ulises y al ministerio de Obras Públicas que dirige en esta zona el arquitecto Alexis Sosa.
Lamentable, eso sí, que el problema del deterioro de calles y avenidas luzca desbordado en este momento y en progresivo deterioro.
Es una situación que amerita una intervención rápida y directa del gobierno central con un agresivo plan de bacheo y asfaltado.
La administración del presidente Luís Abinader anda en ahorro y reducción del gato público, pero Santiago necesita una agresiva inversión en muchas de sus vías públicas.
Es indudable que el Ayuntamiento no está en capacidad económica de ejecutar un plan de rehabilitación de esa magnitud.
No se trata del impacto de la construcción del Monorriel, sino que vías públicas de intenso movimiento vehicular tienen muchos hoyos, hundimientos y otros problemas.
El inconveniente existe también en calles de barrios y urbanizaciones que no necesariamente tienen un tránsito vehicular fuerte.
Hay que valorar el positivo esfuerzo que hace el alcalde Ulises Rodríguez, pero creo que la Alcaldía no cuenta con recursos económicos para lo que verdaderamente se requiere.
Por los millones de pesos que habría que destinar en un amplio plan de bacheo y asfaltado, es el gobierno central que tiene que intervenir a Santiago de manera directa.
Y es mejor que sea pronto porque el deterioro se agudiza.