La refriega está en calma. ¿Qué provocaría ese estado de ánimos actual?
Las voces están en silencio sobre el polémico tema y los solidarios lucen apagados.
Las amenazas de inmolarse quedaron atrás, no se sabe si momentánea o definitivamente.
Los encendidos y agresivos discursos de protagonistas parecen estar de vacaciones en estas horas.
¿Hubo alguna intervención efectiva y decisiva que eliminó de cuajo la refriega?
A pesar de la bravuconería, el nerviosismo era inocultable.
Ahora las aguas se observan tranquilas y aparenta que la prepotencia y arrogancia están cediendo.
Ojalá ese sosiego sea duradero y que el susto sirva de algo.