La armonía empieza a resquebrajarse entre altos dirigentes del PRM en Santiago.
El punto luminoso de los exitosos oficialistas se tambalea y ya es inocultable.
El liderazgo del presidente Luís Abinader y su constante presencia en Santiago, consolidó esa armonía.
Después del resonante triunfo en las elecciones, ese ambiente de distención comenzó a agrietarse.
Arribó un PRM, Ulises Rodríguez, a la Alcaldía y a partir de ahí, lo controlan todo en el influyente Santiago.
Y llegaron también los conflictos y las filtraciones que evidencian un enfrentamiento de liderazgos.
¿Es la tradicional batalla por el control de un fuerte partido político?
Si esas diferencias se agudizan, no se quebrará únicamente la armonía sino que la unidad sucumbe.
Aunque no debe olvidarse que el PRM es hijo del PRD.