El alcalde de Santiago, Abel Martínez, se ha visto obligado a flexibilizar su posición intransigente en relación al pago de deudas millonarias a contratistas y suplidores que han decidido acudir a los tribunales para reclamar sus pagos.
Más de 20 sentencias a favor de contratistas y suplidores que exigen el pago de deudas han obligado al alcalde Martínez a cambiar su actitud negativa frente a las deudas dejadas por anteriores administraciones municipales.
De manera inesperada la Alcaldía que dirige el alto dirigente del PLD se ha visto forzado a proponer a los beneficiados por sentencias definitivas de los tribunales llegar a acuerdos de pago con la Alcaldía.
No se sabe si se trata de «una jugada» ante la presión que tiene el alcalde por el embargo de una cuenta bancaria que le impide a la CORAASAN entregarle alrededor de 14 millones de pesos mensuales por concepto de la recogida de la basura.
Las deudas de los contratistas y suplidores que han acudido a los tribunales son de las administraciones de los ex-alcaldes José Enrique Sued y de Gilberto Serulle, pero la opinión pública desconoce con exactitud el monto de las mismas.
Hasta hace unos días el alcalde Martínez mantenía una posición de renuncia a asumir muchos de los compromisos dejados por Sued y Serulle, pero los contratistas y suplidores han logrado sentencias a su favor y en contra de la Alcaldía.
De manera inesperada la administración de Abel Martínez distribuyó a los medios de comunicación un documento de prensa en el que propone a los contratistas y suplidores que tienen sentencias definitivas llegar a un acuerdo de pago con la Alcaldía.
La administración de Martínez alega que tiene limitaciones económicas y que es necesario que se llegue a esos acuerdos de pago porque no tiene interés en violar las disposiciones de los tribunales de justicia.
Eso significa un cambio radical en relación a las deudas pendientes del Ayuntamiento de Santiago, el cual admite que son más de 20 la sentencias y casos que se encuentran en los tribunales en este momento.
El alcalde de Santiago también tiene la presión de cientos de empleados que canceló del cabildo y se ha negado a entregar las prestaciones laborales, lo que provoca que con frecuencia monten piquetes y otras protestas frente al Palacio Municipal.
La mayoría de contratistas y suplidores realizaron esfuerzos para lograr que la Alcaldía les pagara las deudas atrasadas pero la negativa de la administración de Martínez los obligó a acudir a los tribunales para exigir sus pagos.
Las sentencias definitivas emitidas por los tribunales, incluyendo la Suprema Corte de Justicia (SCJ), a favor de contratistas y suplidores han sido utilizadas para embargar las cuentas bancarias del Ayuntamiento y la de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado (CORAASAN).
Es precisamente esa presión la que ha motivado que el alcalde de Santiago, Abel Martínez, se viera obligado a cambiar de actitud y a proponer a los contratistas y suplidores llegar a acuerdos de pago con la Alcaldía.