Muy lamentable que el grave caso del exdiputado Miguel Gutiérrez se reduzca a un escarceo electoral.
Un hecho gravísimo que, localmente, se maneja como simple tema de la coyuntura electoral.
La oposición tratando de dañar al PRM y al gobierno con ese escandaloso caso de narcopolítica.
Oficialistas intentando involucrar a opositores porque Gutiérrez estuvo en la cima como narco en el último gobierno del PLD.
Penoso porque es un escándalo que debería tratarse con mayor seriedad.
El desparpajo con que él gastó millones de pesos para ser diputado por la Circunscripción Uno, de Santiago, debió alarmar.
Sin embargo, se asumió como algo normal, le sonreían y se acomodaron con sus gastos abusivos.
El de Miguel Gutiérrez es un caso para, definitivamente, abrir los ojos sobre los peligros de la narcopolítica.
Hay que dejar atrás el show electoral y asumir ese asunto con seriedad.