En esta ocasión, creo que sería injusto pedir una tegua a los partidos políticos y candidatos.
Las elecciones municipales son el domingo 18 de febrero y recogerse sería un error infantil.
Además, hay varios días de diciembre y enero que son, en la práctica, políticamente improductivos.
Tradicionalmente, en años preelectorales las treguas políticas únicamente afectan a la oposición.
El gobierno y su partido, como ocurre en este momento, siempre está en las calles y con grandes recursos.
Pedirle a la oposición una pausa en sus actividades sería un desatino, porque originaría un desequilibrio en la competencia electoral.
En realidad, la actual campaña para las elecciones municipales no ha sido agitada ni agotadora y en la población, más bien, se siente con timidez.
Respetando algunos días específicos de diciembre y enero, como ha ocurrido siempre, creo que esta vez la tregua política es innecesaria.
La batalla electoral debe seguir ininterrumpidamente hasta que las urnas hablen en febrero y mayo del 2024.
Diferente a los políticos, yo haré mi pausa.