Cómodas y manejables para la alta dirigencia, baratas y excluyentes de la militancia partidaria.
Como metodología de elección de candidatos congresuales y municipales, las encuestas han sido un fracaso
En el caso particular de Santiago, los problemas impactan al PRM, la Fuerza del Pueblo (FP) y al PLD.
El peor alboroto ha sido en la FP, debido a disgustos de la mayoría de los precandidatos municipales y congresuales.
La alta dirigencia del partido que lidera el expresidente Leonel Fernández ha tenido que solicitar la anulación de los resultados de las encuestas.
En el PRM, hasta la candidatura a la Alcaldía fue al Tribunal Superior Electoral (TSE) y el director del distrito municipal de la Canela, Eddy Chévez, terminó abandonando ese partido.
En el PLD, fue el escándalo de las encuestas que forzó la renuncia del diputado Víctor Suárez, quien denunció manejos turbios para afectar precandidatos a diputados.
Como lo barato ha salido bien caro, habría que ver si las altas instancias de los partidos volverán a utilizar esa metodología para elegir candidatos de elección popular.
Sin importar que sean cómodas y manejables, lo razonable sería devolver el poder de decisión a la militancia partidaria.
Con las encuestas, hasta la motivación y el entusiasmo ruedan por el suelo