Una de las grandes inequidades con el pago de los servicios públicos, se da con el agua potable.
Casi nadie quiere tocar ese tema, pero es una verdadera injusticia lo se paga por el agua que recibimos.
Ninguna administración de la Corporación del Acueducto de Santiago se ha atrevido a tratar ese asunto con responsabilidad.
¿Miedo al costo político que tendría una decisión de esa naturaleza?
Insólito que en urbanizaciones de clases media y alta, se pague por debajo de dos mil pesos mensualmente.
Estamos hablando de menos de dos mil pesos en sectores que reciben el agua ininterrumpidamente, las 24 horas del día.
En elevadísimas torres de apartamentos de 15 y 20 millones de pesos, el recibo de agua llega de mil 700 pesos.
Nos quejamos si por cualquier obstáculo no nos llega, pero tampoco tenemos conciencia del uso racional del agua que llega por las tuberías a nuestros hogares.
A pesar de ser un recurso vital para la vida, creo que es inaceptable lo que se paga por el servicio de agua en Santiago.
Ojalá que en algún momento se asuma con seriedad el correcto pago que debemos hacer cada mes por el agua que recibimos.
Y, además, el agua potable que nos llega es de altísima calidad.