La base esencial de apoyo de un gobierno, es la dirigencia y militancia del partido en el poder.
Cargos y empleos aparte, ellos son los que sufren los desaciertos y errores que afectan la imagen y simpatía de su gobierno.
Esos dirigentes y militantes, no los de la sociedad civil ni los empresarios, son los que lloran cuando las cosas van mal.
Además, disfrutan y celebran los éxitos porque sienten que sus aportes están teniendo resultados positivos.
Por eso la integración y participación del partido, es determinante para enfrentar coyunturas difíciles como la actual.
José Ignacio Paliza volvió a Santiago a reunirse con el PRM y en esta ocasión, no hay dudas sobre el propósito de su visita.
Como el horno no está para galletitas, hoy más que nunca se necesita un partido unido, motivado y encabezando la defensa de su gobierno.
El encanto con el PRM disminuye, baja la simpatía y la agenda mediática está llena de noticias y comentarios negativos para el oficialismo.
En un escenario así, hay que movilizar la dirigencia y militancia porque a ellos es que verdaderamente les duele lo que está ocurriendo.
Si el encuentro de Paliza en Santiago va en esa dirección, es una decisión políticamente correcta.
En la actual coyuntura, lo peor sería quedarse de brazos cruzados.