PEPE MUJICA
Realmente tenía la magia de la palabra, pero, además, el lenguaje de la experiencia y sobre todo la dignidad de haber vivido en la verdad.
No hacía falta conocerlo personalmente, bastaba con saber de su increíble historia, su lineal posición y su absoluta convicción de que la política, no es un ejercicio de lucro personal, sino, de servicio colectivo, que la revolución es una lucha social reivindicativa y el poder la defensa de los intereses de los necesitados, sin olvidar el capital, para admirarlo
Su sello, la humildad, su sacerdocio la entrega a los demás, su vestidura la sencillez, su paso por la vida el hábito de la bondad, su ejemplo, su vida inmaculada. GRACIAS PEPE POR LO QUE NOS DEJAS, llegaste al pedestal donde sólo ascienden los inmortales.