En el constante ascenso y fortalecimiento de la Fuerza del Pueblo (FP), creo que sus adversarios han sido sus verdaderos aliados.
Estimo, eso sí, que el crecimiento y consolidación de la FP están esencialmente vinculados con la vocación de poder que le ha impregnado el expresidente Leonel Fernández.
Ahora las críticas son que la FP no cuenta con los dirigentes suficientes para conformar sus boletas municipales y congresuales.
Desde que se creó el partido FP, hace apenas tres años, he observado un gran esfuerzo por minimizarlo que, lejos de afectarle, le ha beneficiado.
La inusual torpeza política, por ejemplo, de pasarse más de dos años tratando de descalificar a la FP con el despectivo FUPU.
Al final, esa fallida estrategia ha sido una gran contribución para la promoción y pegada de la Fuerza del Pueblo en la población.
Ha sido difícil para los adversarios del expresidente Fernández y de la dirigencia de la FP, lograr distraerlos con sus incesantes críticas.
Considero que los esfuerzos por frenar la FP han sido torpes y, en cambio, de gran ayuda para el ascenso del partido de Leonel.