El 26 de marzo de 2021 publiqué la primera parte de esta reflexión, en la que afirmaba que el Dr. Leonel Fernández era el último gran caudillo de la República Dominicana.
En aquel artículo expliqué que utilizaba el término «caudillo» para referirme a los líderes políticos o militares con un liderazgo incuestionable, sin disidencias dentro de su partido, con una obra de gestión pública destacada, y respaldados por una base de apoyo sólida y leal que trasciende a las instituciones partidarias.
Con 12 años al frente del Estado y una reconocida obra institucional, social y de infraestructura, Leonel Fernández se ha consolidado como el cuarto gran líder del postrujillismo en la República Dominicana, dentro de la nueva era democrática.
Aunque no comparte los méritos de figuras como el Profesor Juan Bosch o el Dr. José Francisco Peña Gómez en la construcción de nuestra democracia, su liderazgo, al igual que el de Joaquín Balaguer, se fortaleció desde el poder. Fueron sus administraciones las que le crearon una legión de simpatizantes que lo han seguido más allá de las banderías partidarias.
Por ello, Fernández logró sobrevivir a su partida del PLD y, en apenas cuatro años, construir La Fuerza del Pueblo, hoy la principal fuerza política de oposición.
En un contexto donde los liderazgos de por vida son cada vez más improbables debido al impacto de la nueva infocracia, Leonel se perfila como el último caudillo del país. Su influencia será determinante mientras le quede un hálito de vida, un fenómeno poco probable en el surgimiento de nuevos liderazgos.
Llegar al poder y por tanto tiempo de ejercicio gubernamental es hoy tarea ciclópea, aunque la suerte que le acompañe también juega sus cartas, lo que si está claro, es que en República Dominicana el carácter idiosincrántico de nuestros nacionales nos hacen confirmar que el poder se recicla desde el poder, solo así se explica que de 180 años de vida republicana, 125 de estos, hemos sido gobernados solamente por 9 hombres (Pedro Santana, Buenaventura Baez, Ulises Heureaux, Ramón Cáceres, Horacio Vásquez, Rafael Leónidas Trujillo, Joaquín Balaguer, Leonel Fernández y Danilo Medina), es que la ruta para llegar al poder no es tarea fácil, y hay que contar con una serie de condicionantes a su favor, que solo la tiene una persona en la actualidad, que es el doctor Leonel Fernández, aquí explicamos las razones:
1. En medio de situaciones muy adversas, el doctor Fernández con su recién creado partido político, Fuerza del Pueblo, obtuvo en las elecciones presidenciales de este año 1, 259, 427 votos para un significativo 29%.
2. En un sistema multipartidista como el dominicano, donde existen 35 organizaciones políticas reconocidas por la JCE, Leonel es el único líder de la oposición con la habilidad de construir una coalición electoral ganadora.
3. Es determinante para llegar a la mansión de Gazcue el tener vínculos con los poderes fácticos, sobre todo la oligarquía, la iglesia, los medios de comunicación, los militares y unas sólidas relaciones internacionales, en especial con el gigante del norte.
4. Ante la crisis actual, creada por el gran déficit presupuestario de la nación, la creciente inseguridad pública, la asfixiante espiral inflacionaria, y una incontrolada migración de los nacionales de nuestro vecino harán que el país busque un dirigente con la suficiente experiencia para lidiar con todo lo que le dejara como carga ominosa la gestión actual del PRM, y solo Leonel tiene la expertise necesaria para como viejo timonel lleva el barco de la patria a puerto seguro.
Pese a las indiscutibles ventajas del Presidente de la Fuerza del Pueblo, que está más que claro, que estos momentos la nueva ola de cambios al frente de la cosa pública ha llegado, por lo cual el candidato vicepresidencial y los principales voceros de la campaña deberán ser jóvenes que se entiendan con las nuevas generaciones, por lo cual deberá dársele una participación activa e importante a ese nuevo liderazgo en ciernes.
No cabe duda de que el doctor Leonel Fernández es el político mejor formado del Caribe, y gravitara mientras viva en la política nacional; los líderes como él, solo los jubila la biología, por eso es que su impronta, su influencia en las masas y su legado lo convierte claramente en “El último de nuestros caudillos”.
REFLEXIONES ATREVIDAS #96
El último caudillo (II):