Sería una mezquindad política no reconocer que la renuncia de Silvio Durán es un durísimo golpe para el PLD.
Después de la dimisión del exsenador Julio César Valentín, la de Silvio es la de mayor impacto y la que más daño provoca al partido morado.
En los últimos diez años, el ingeniero Durán tuvo un influyente protagonismo en el partido fundado por el profesor Juan Bosch.
Ocho años director de Coraasan, miembro del comité central con gran incidencia, un líder del CODIA, aspirante a alcalde de Santiago y cabeza de un activo equipo político.
Lo sorprendente e inexplicable es el silencio del presidente del PLD, Danilo Medina, y otros altos dirigentes, frente a las críticas públicas de Silvio al manejo de esa organización en Santiago.
El ingeniero Durán tenía más de dos meses advirtiendo lo que ocurría y el 27 de febrero, en una entrevista en canal 25, causó un gran revuelo con el endurecimiento de sus críticas.
A pesar de la categoría de dirigente que es Silvio, la respuesta del expresidente Medina y la alta dirección del PLD fue la indiferencia.
Esa renuncia le da bien duro al PLD.